El pasado martes fue un día intenso en Zarzuela. La princesa Leonor tenía una agenda repleta y era la gran protagonista del día. Primero, con la jura de la Constitución. Después, con el besamanos y la recepción en el Palacio Real, con un grave error de higiene por parte de la heredera. Después, comida con los asistentes y por la noche, la celebración privada por el cumpleaños de la hija de Felipe y Letizia. Leonor cumplía 18 años, ya es mayor de edad, y lo celebraba en petit comité con su familia. Muchos de ellos pasaron olímpicamente de la homenajeada, como Victoria Federica, Juan o Pablo con excusas torpes y demostrando que les lame un pie su prima. Hasta hoy, había hermetismo a la hora de mostrar cómo fue la fiesta y cómo iba vestida ella. Hasta hoy, que han trascendido algunas imágenes y hemos visto que la joven escogió un vestido de color rojo, como el color que escogió su prima Vic el día que hizo su puesta de largo.
Lo importante, sin embargo, no es tanto esta imagen sobre el look escogido por la heredera, sino una imagen posterior, a la salida de la fiesta con la familia. Alguna agencia ha difundido las imágenes del momento que tocaron retirada y cada oveja a su redil. Vimos, por ejemplo, al rey Juan Carlos, a quien impidieron dormir en Zarzuela, camino, suponemos, del aeropuerto. Y vimos también a la protagonista del día, la princesa Leonor, mirando por la ventana de un coche, al lado de su hermana Sofía. Una imagen poco nítida, pero donde se la distingue perfectamente, aunque parecía una aparición fantasmal:
El programa Vamos a ver de Telecinco ha analizado la fiesta y mientras hablaban los tertulianos de Joaquín Prat y Patricia Pardo, iban poniendo diferentes imágenes. Y en una de ellas hemos visto una que ha hecho temblar a los más monárquicos. ¿Por qué? Porque el rey Felipe se pasa por el forro una de las directrices que los monarcas y la Casa Real tienen grabada en fuego. Una norma no escrita, pero indispensable para continuar con el legado Borbónico si pasara alguna desgracia. Y es que el mundo de la Corona tiene más normas que el Código Civil. Costumbres y prácticas anacrónicas, con tufo de rancio y mucho y mucho de protocolo sobre cómo se tiene que actuar en presencia suya, cómo se tienen que poner en las fotos y un largo etcétera. Y una de las más básicas, tiene que ver con preservar el futuro de la monarquía: la de no viajar en el mismo vehículo. Los reyes y sus herederos tendrían que volar en aviones separados, e ir en coches oficiales separados, por si hay algún accidente en alguno de los dos y que se pudiera preservar su reinado, por un tema de seguridad. ¿Y cómo se marcharon de la fiesta?: Felipe y Letizia delante en un coche, y detrás, en el mismo coche, sus dos hijas, Sofía y sobre todo, la heredera Leonor.
Felipe, reincidente. No es la primera vez que comete una irresponsabilidad como esta que hace temblar a los monárquicos. Hace tres años, el rey Felipe y su hija Leonor llegaban a Palma procedentes del aeropuerto, para pasar unos días de vacaciones. Y lo hacían también en el mismo coche."Se desconoce si los Reyes y sus hijas llegaron juntos a Mallorca en el mismo avión, lo que está claro es que el trayecto que separa el aeropuerto de palacio lo hicieron los cuatro en el mismo coche. Al volante iba Felipe y a su lado la Princesa Leonor, a quien su madre, doña Letizia, le cedió el asiento de copiloto en una clara muestra de simbolismo, dejando todo el protagonismo a quienes son los representantes de la Corona", decían en Vanitatis. Un intento de proximidad que hizo temblar a los defensores de la patria que querrían preservar la monarquía hasta al fin de los días. Y años atrás, con las niñas pequeñas, tres cuartas partes de lo mismo.
Felipe ha regalado a los monárquicos una imagen no deseada en el cumpleaños de su hija.