El rey Juan Carlos ha llegado ya nuevamente a su casa, que desde hace tres años no es Zarzuela, sino Abu Dhabi. El emérito ha estado unos días por Sanxenxo, donde se ha regalado mariscadas en casa, donde ha ido de regatas, ganando con su Bribón al Alibabá de su hija Elena, donde ha abrazado justamente a la infanta y su prefe, y donde ha estado de cháchara con sus amigotes, con Pedro Campos al frente. Un Juan Carlos de perfil bajo, a quién no ha ido a ver su hijo Felipe, que ha preferido ir a navegar, pero a kilómetros de distancia de él. Tú a Galicia y yo a las Baleares. Tampoco lo ha ido a ver, no se podía saber, su querida mujer, la reina Sofía, ni su nuera Letizia, ni sus nietas Leonor y Sofía, ni su otra hija, la infanta Cristina, ni sus otros nietos, Juan, Miguel, Pablo e Irene... Vaya, que no lo ha ido a ver ni el Tato.
Un Juan Carlos repudiado, a quien los suyos ya le han girado la espalda de manera descarada y sin disimular. El emérito ve como a pesar de su voluntad, en plan Terminator, diciendo que Volveré pronto a Galicia, los Borbones ya lo han aparcado definitivamente a los Emiratos Árabes, a su retiro dorado, pero lejos de los suyos. Y no digamos las pocas veces que lo van a visitar. Por eso, cuando supo que Zarzuela enviaba hacia allí de una patada a la otra oveja negra de la familia, al otro tarambana como Felipe Juan Froilán de Todos los Antros, se le iluminaron los ojos.
El abuelo estaba contento con que obligaran a su nieto a hacer las maletas y volar hacia allí, así podría estar más horas con alguien de su linaje y con quien se lleva especialmente bien, de tal palo, tal astilla, aunque a veces le ha tenido que cantar las cuarenta y sermonear a su nieto para que intente no pasarse de la raya. El caso es que como explica Sílvia Taulés en Vanitatis, cuando Froilán acabe las vacaciones que está pasando en España y vuelva a Abu Dhabi, lo hará para empaquetar sus cosas y marcharse de allí. Porque el nini Borbón deja Abu Dhabi y se muda este verano a Dubái: "La mudanza de Froilán apena en cierto modo a su abuelo, el rey Juan Carlos I, porque lo tendrá más lejos y no podrá verlo tanto como lo ha estado viendo durante todos estos meses que han compartido residencia (que no casa) en Abu Dabi". Y es que nuevamente, el yayo volverá a estar solo mirando las musarañas. Puñalada trapera de Froilán, que lo abandona para volar solo.
En teoría, se marcha por trabajo, porque en Dubái es donde tiene la sede la organización para la cual trabaja Froilán, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: "Felipe Juan Froilán está encantado con su nuevo trabajo y quiere dedicarse a él en cuerpo y alma. Por eso, y porque se lo han recomendado desde la organización, vivirá en Dubái". Y mientras tanto, el abuelo, más solo que la una otra vez.