El mundo de la Corona tiene más normas que el Código Civil. Costumbres y prácticas anacrónicas, con tufo de rancio y mucho y mucho de protocolo sobre cómo se tiene que actuar en presencia suya, como se tienen que poner en las fotos y un largo etcétera. Pero ahora ha quedado probado que Felipe se salta una de las más básicas, no escritas, eso sí, sobre preservar el futuro de la monarquía.
Fíjense en esta imagen. Son el rey Felipe y su hija Leonor llegando a Palma procedentes del aeropuerto, para pasar unos días de vacaciones mientras su padre está lejos de aquí. La realeza indica que hay una directriz muy sabida que es aconsejable que los reyes y su descendencia sigan al pie de la letra: la de no viajar en el mismo vehículo. Los reyes y sus herederos tendrían que volar en aviones separados, e ir en coches oficiales separados, por si hay algún accidente en alguno de los dos y que se pudiera preservar su reinado, por un tema de seguridad.
Así, la primera en la línea de sucesión al trono, Leonor, iba en el mismo vehículo que su padre, tal como remarca el portal Vanitatis. "Se desconoce si los Reyes y sus hijas llegaron juntos a Mallorca en el mismo avión, lo que está claro es que el trayecto que separa el aeropuerto de palacio lo hicieron los cuatro en el mismo coche. Al volante iba Felipe y a su lado la Princesa Leonor, a quien su madre, doña Letizia, le cedió el asiento de copiloto en una clara muestra de simbolismo, dejando todo el protagonismo a quienes son los representantes de la Corona". Un intento de proximidad que hará temblar a los defensores de la patria que querrían preservar la monarquía hasta al fin de los días, no fuera que algún día hubiera que lamentar una desgracia y no hubiera un plan B al no separar a la familia en los desplazamientos.
Cuando quien reinaba era Juan Carlos, era habitual ver al campechano y al preparao llegar a los lugares en vehículos diferentes, cosa que sigue pasando cuando Felipe y Leonor van a actos oficiales. Quizás habrán pensado que la informalidad del acto (ir de vacaciones al Palacio de Marivent), les permitía una pequeña licencia, como pasa en el primer día de escuela de las dos niñas.