El 22 de mayo del 2004, hoy hace 15 años, los entonces Príncipes de Asturias entraron en la Catedral de la Almudena para sellar su amor para siempre (?) ante los ojos de los españoles. El heredero y la periodista se casaban en un día lluvioso, en la boda más triste que recuerda un cronista azul como Peñafiel, que las ha visto de todos colores. Este miércoles los más monárquicos cogen posiciones para llenarse la boca de corona. Pero por mucho que todavía haya quien sea más papista que el Papa, y más borbónico que los Borbones, es evidente que la imagen de la Casa Real española ha ido claramente hacia abajo. Lo que proyectaban hace quince años los reyes y su familia no tiene nada que ver con lo que se piensa ahora de ellos.
El diario El Mundo ha aprovechado esta efeméride para hacer un análisis detallado de una de las fotos que pasaron a la historia de aquel día de hace quince años. Una foto que, directamente, hoy sería imposible de reproducirse. Una imagen de una feliz familia que el 22 de mayo del 2019 ya no lo es tanto. Y no sólo por las diferentes defunciones que han lamentado durante este tiempo, sino también por los escándalos que han rodeado a los Borbones desde entonces. Esta es la foto. Si hiciéramos otra igual ahora, habría muchos huecos:
Una foto que deja Los diez negritos de Agatha Christie en agua de borrajas. Primero, por los diferentes miembros que han muerto durante estos quince años: como Enriqueta Rodríguez, la abuela materna de la reina, a la izquierda de las imágenes, que moría cuatro años después del enlace. Igual que su marido y el abuelo taxista de la reina, a su lado, Francisco Rocasolano, que moría a los 98 años en julio del 2015. El primero, sin embargo, en perder la vida después de la boda fue José Luis Ortiz, el otro abuelo, que murió en el 2005 en Asturias. Claro está que la trágica muerte que más lamenta Letizia fue, evidentemente, la de su hermana Érika, a los 31 años, en febrero del 2007, en la foto, de rojo, al lado de Marichalar.
Tampoco aparecerían otras personas de la foto, por otros motivos. Urdangarin ya no viste de esmoquin y ahora está en Brieva cumpliendo condena de cinco años y diez meses. Su mujer, la infanta Cristina, ya no vive en Pedralbes. Ni en España. Se cambió en el 2009 a Washington y desde el 2013 a Ginebra. Por no hablar de su hermana Elena, que después de la boda se convirtió en la primera separada oficialmente de la familia, con un Marichalar que ya ha desaparecido del día a día con su familia política. Otros que ya no tienen nada que ver con los Borbones son, por ejemplo, Antonio Vigo, cuñado de la reina y que entonces era pareja de Érika. En el 2009 rehízo su vida y tiene dos hijos más aparte de Carla, su sobrina a quien Letizia ha obligado a callar con un contrato, y no hablar de la familia real.
Aparte de los niños, y de los que todavía no habían nacido, la duda seria que también tenemos es si aparecería en un hipotético revival de aquella foto la persona que aparece a la derecha de todo de la imagen, la tía conflictiva de la reina, Henar Ortiz. Conflictiva porque les canta las cuarenta y dice verdades, cosa a la que los Borbones no están acostumbrados. Declarada republicana, no esconde las críticas a los reyes y no tiene relación con su sobrina. Cuando Felipe y Letizia celebren las bodas de plata -si es que llegan-, ya veremos quién saldrá en la foto.