Felipe y Letizia han vivido demasiados años confundiendo vida privada con vida secreta. Cuando no hacen actos oficiales también tienen que rendir cuentas porque ocupan un cargo vitalicio. Nadie los puede echar. Ser rey es un cargo público vitalicio, el único de toda la Administración del Estado. Eso comporta un peaje: todo lo que hacen es público, nada de lo que hacen es estrictamente privado, porque toda la vida se la pagan con fondos públicos: la seguridad, los escoltas y los aviones. Felipe tiene asignado un avión oficial privado, un Falcon. Y repasando el plan de vuelo de su avión se puede saber qué hace. Por lo tanto, si lo esconde es doblemente irregular, para esconderlo y por no explicar qué hacía ayer día 2 de enero fuera de la agenda oficial en Ginebra, Suiza. Elisa Beni, periodista de tribunales, retuiteó el plan de vuelo del Falcon que revelaba que despegó este primer día laborable del año en Madrid a las 11: 52 del mediodía con destino Ginebra. El Falcon aterrizó en la capital de Suiza a las 13:23.

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Felipe y Letizia abrigados al bajar del avión a diciembre, Roma GTRES

EN Blau publicó a las 3 de la tarde este sospechoso vuelo del Falcon oficial, una noticia que conmocionó a los 200.000 lectores que clicaron a la noticia. Existía la opción que Felipe y Letizia hubieran ido a Suiza de vacaciones para pasar unos días esquiando, pero la sorpresa viene ahora. Según el plan de vuelo del aparato, el mismo Falcon que aterrizó en Ginebra a las 13:23 volvió a despegar a las 15:27 hacia Madrid, donde aterrizó a media tarde, a las 16:45 hora local. La estancia de Felipe en Ginebra duró exactamente dos horas y cuatro minutos, el tiempo justo de mantener un encuentro personal, indelegable, con alguien en el mismo aeropuerto en un despacho reservado para autoridades, o tal vez en la ciudad de Ginebra si el coche oficial corría mucho. Dos horas en Ginebra, la ciudad de los bancos. No cuesta imaginar que Felipe tuvo un encuentro indelegable y el primer día laborable de 2025 con alguien relacionado con los millones que su padre tiene escondidos para evadirlos a Hacienda. O peor según reveló hace unos días su excuñado Jaime del Burgo, que es Felipe quien evade impuestos y tiene dinero propio en paraísos fiscales.

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Felipe en Falcon. GTRES

La Constitución de 1978 consagró que el rey no tiene vida privada. El cargo de jefe de Estado depende de un hecho biológico: ser el hijo de Juan Carlos con genitales masculinos. No valía ser el primogénito: lo era Elena. Se exigía que fuera un hombre por imposición machista de la no tan impecable Transición. El cargo depende de su vida y le durará toda la vida. El texto también añadió que el rey era inviolable, no se le puede perseguir penalmente. Quizás por eso ningún periodista publica que el Falcon estuvo en Suiza dos horas y volvió. Total, si el rey es intocable no hay que hurgar y ya se publicará que comerá el roscón de reyes en casa de su suegro. El haba le ha tocado a los españoles.