Milagro en Madrid, los reyes de España vuelven a compartir un fin de semana juntos. La racha ya había adquirido dimensiones legendarias, demasiado sospechosa para creer en la versión oficial y cortesana de un matrimonio feliz. Tanto tiempo lejos el uno del otro no era normal. Pues bien, a las puertas de Semana Santa y a punto de recibir a sus dos hijas nuevamente en el Palacio del Príncipe, Felipe y Letizia han decidido ponerse al día con una cita clásica, cena y película. No son originales, quizás porque no hay magia. Jaime del Burgo se ha encargado de destruirla. Solo se trata de hacer ver que son pareja, de ofrecer una estampa de estabilidad por el bien de la corona y de los intereses de la futura reina Leonor.
La pareja real ha sido fotografiada por transeúntes del barrio de Tirso de Molina de Madrid hace unas horas, durante la noche del sábado 23 de marzo. Solo tenemos una foto, borrosa, de espaldas y con mucho grano que lo corrobora. Un documento no muy lucido, pero concluyente. Lo que chirría, sin embargo, es que solo corra un testimonio que no nos permite ver la expresión de los tortolitos, lo que sería más jugoso de esta historia. Es interesante, en este sentido, el detalle que apunta 'Chance': dice que pasaban desapercibidos, a pesar de ir escoltados por la Guardia Real de manera evidente. Puede ser que los últimos episodios de los guardaespaldas del Borbón, acoquinando a gente que utilizaba cámaras con el rey en Formigal, tenga algo que ver. Han dejado pasar una instantánea, que es la peor de todas, a la vez que la que más les interesa.
La estampa nos permite comprender que la cita era eminentemente informal, iban vestidos de ir por casa. Felipe anodino, Letizia con tejanos y camiseta de mil rayas, la chaqueta sobre el bolso. Ambos con un calzado que no llega a ser deportivo (no nos pasemos), pero cómodo, casual, sin florituras. No desprenden glamur, no. La idea era ir al cine, como en la última cita de pareja . En aquella ocasión, vieron la inquietante pero aclamada 'Pobres criaturas'; en este caso teníamos tres posibilidades. Son las tres cintas que se proyectaban en el histórico Cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional. Todo cine vintage... y una comedia 'barantunga' que queda descarta de primeras: 'Superlópez'. Los reyes son más de cine extranjero y en versión original subtitulada. Como 'La viuda de Couderc', un drama de 1971 con Alain Delon. Nosotros nos decantamos, sin embargo, por 'Red Road', de 2006. Un thriller psicológico, muy del estilo Ortiz. ¿La clave? La hora de proyección: las nueve de la noche.
Hacia las 20:00 h, los protagonistas visitaron un restaurante próximo para llenar el estómago. Una marisquería tradicional que, según algunas críticas en Internet, es "excesivamente caro. Se pasan bastante". El establecimiento, de imagen clásica como una mala cosa, tiene también muchos comentarios positivos, que quede claro. El producto es bueno y no son famosos por asesinarlo; las bofetadas llegan a la hora de pagar. Pero claro, el marisco no es barato, siempre que no sea el de la Academia General Militar. Hay que reseñar que tampoco se pegaron el festín de sus vidas, en una hora se fueron de allí. En definitiva, que no sería la cita romántica más apasionada de la historia de la humanidad. Pero claro, después te das cuenta de que, en realidad, los royals tampoco son demasiado humanos. Hacen el papelón, y no siempre sale bien.