Felipe ha decidido hacer caso a su esposa y por vacaciones escolares hacer vacaciones de rey. El primer lunes de Semana Santa ya no trabaja. Letizia siempre ha visto su condición de reina consorte como una profesión, muy bien pagada pero un trabajo. Cree que es reina de 9 en 5, con fines de semana y vacaciones libres. Y vacaciones en sentido amplio, no los festivos de Semana Santa sino toda la Semana, como los niños. Los monarcas no tienen un solo acto oficial estos días. Felipe se ha rebelado contra la animadversión que Letizia siempre ha tenido a pasar las vacaciones en Mallorca. Un día confesó a un periodista "¿Tú crees que esto son vacaciones"? rodeada de los suegros, los cuñados, los sobrinos, los curiosos y la prensa. Y lo sufría por duplicado porque iban a Marivent en agosto y por Pascua. Pero Letizia ha vetado la misa de resurrección en la Catedral de Palma de cada Domingo de Pascua. Después de su ridículo allí, nunca más. Felipe ha hecho como el marido que dice "Pues yo sí" y ha sido visto de incógnito en un restaurante de la isla, que lo ha fotografiado y publicado en Instagram:
Es un restaurante italiano de pasta fresca. En las dos fotos aparece un Felipe sonriente y muy mal vestido. Todo el cuidado en sastres que tiene para sus actos oficiales no lo tiene cuándo viste casual, informal, de deporte. La indumentaria le sienta fatal, como a un Cristo unas pistolas. En el digital El Debate han escrito que Felipe no tiene asesor para su look. Todos los expertos se los queda Letizia. Él es el jefe del Estado pero nadie le explica que va muy mal vestido siempre que no tiene un acto oficial: "Los últimos veranos ha habido cierto cambio y no porque haya contratado los servicios de un estilista, como tiene Letizia, porque a día de hoy el rey no cuenta con ese asesoramiento, más allá del que le pueda indicar su esposa o se deje aconsejar por su sastre, pero sí es cierto, que en alguna ocasión ha sorprendido una camisa azul en un posado veraniego, con sus mangas remangadas, su cuello ancho y un micro estampado «arriesgado» para alguien que como él". Por no hablar del pantalón blanco o de unas gafas de sol azules colgando del escote, totalmente inapropiado para un jefe de Estado de 55 años:
La camisa con micro dibujitos era un espanto. En Felipe solo lo asesoran Letizia y el sastre que le hace los trajes a medida, pero cuando sale de la americana y la corbata, va hecho una chapuza. Escribe el mencionado digital que "Las camisas son a medida y también de una empresa familiar española. El micro estampado de la camisa que tanto llamó la atención fue tendencia pero a él se la hicieron a medida: «Elige, por sí mismo, conoce las tendencias y se deja aconsejar". Asesorado por su peor enemigo. Basta recordar la pinta con la que fue a ver a su padre al hospital:
Un jefe de Estado visitando el anterior como quien va a una discoteca de verano para adultos divorciados. Gafas de sol de última moda, el brazo en ángulo recto como Albert Rivera, pantalones blancos, americana a cuadros y sonrisa impostadamente seductora. No entraba en Luz de Gas sino en la Clínica Quirón.