A medida que va pasando el tiempo, Zarzuela se parece cada vez más a la Pensión Lolita, que decían nuestras madres cuándo éramos jóvenes y solo pasábamos por casa para comer o ir a dormir, casi sin decir ni hola. La casa donde viven el rey y su familia se ha convertido en una especie de hostal que acoge gente sin oficio ni beneficio. Si alguna vez Felipe y Letizia tenían pánico a aquello que se conoce como síndrome del nido vacío, con las hijas lejos de allí (la mayor siguiendo su formación militar, ahora en la academia naval de Pontevedra y la pequeña haciendo el segundo curso de bachillerato en el internado de Gales), poco se pensaban los monarcas que en casa tendrían un grupo de inquilinos jetas, un grupo de ninis caraduras y tarambanas que están muy a gusto en palacio.
Zarzuela se ha convertido en un nido de buitres y aprovechados que no tienen donde caer muertos. O sí. Pero en Zarzuela se está muy a gustito... Jóvenes de la familia que en lugar de hacer lo que hacen todos los de su edad, buscarse la vida, trabajar y pagarse un alquiler, compartido si hace falta, y emanciparse, prefieren la opción cómoda, y sobre todo, con una palabra mágica: gratis. Por eso los jóvenes Borbones no se lo han pensado y se han instalado en casa de los reyes. Y una consecuencia de eso es que ahora, después de años de odiarse públicamente, Felipe y su hermana, la infanta Cristina, hacen el paripé de hacer ver que se vuelven a llevar a las mil maravillas, que son unos hermanos que se adoran... Manda huevos. Y todo, porque a cambio, Felipe acoge en Zarzuela a los hijos de su hermana.
"En los últimos tiempos la hermana de Felipe VI se ha visto en la necesidad de solicitar ayuda a su madre para alojar a tres de sus hijos en Zarzuela", Irene, Juan y Miguel, apuntan en Monarquía Confidencial. Una "‘mudanza’ a la residencia real autorizada por los reyes Felipe y Letizia"... O eso hacen creer, aunque en realidad, les guste muy poco tener en casa a tres de los cuatro hijos de la infanta. Son tan conscientes de la situación esperpéntica que el mismo medio apunta de fuentes de Zarzuela que la infanta ha ordenado a sus hijos y al entorno más íntimo a "guardar silencio para no perjudicar la imagen de la Corona y su acercamiento con Felipe VI. La relación entre los hermanos cada vez es mayor y mejor, algo que satisface a la emérita, por eso, Cristina no quiere que entorno afirme o desmienta tal situación”.
Que ya saben que cuando se dice aquello de ni confirmo ni desmiento, es otra manera de decir que sí que está pasando lo que se dice. El otro hermano que queda, Pablo, en que de momento no vive en Zarzuela (todo se andará), ha seguido los consejos de su madre y cuando le han preguntado por la cuestión, "ha tenido una extraña reacción cuando le han preguntado si es cierto que sus hermanos viven el Zarzuela: 'Prefiero no comentar, es lo de siempre gracias', ha asegurado esquivo, dejando entrever que está un poco cansado de que le preguntemos continuamente por su familia"... Y los ciudadanos, de lo que estamos cansados, es de mantener a gente como sus hermanos, que viven a todo trapo con la comodidad y tranquilidad de saber que de Zarzuela no les echarán.