La princesa Leonor acaba de cumplir su segunda semana en la Academia General del Ejército en Zaragoza. Se sabe más bien poco de su vida castrense: más allá de rumores, lo que ha trascendido es que tiene el helicóptero Súper Puma siempre preparado para volver a casa, y que el primer fin de semana salió del cuartel para confraternizar con los colegas de promoción en un bar barato. Nada más. No tenemos constancia de ningún incidente, problema ni enfrentamiento dentro de los muros de La General, ni todavía menos de una de las cosas más habituales que pasan en este universo: los castigos, las sanciones y los arrestos. La letra, con sangre entra, ya saben. Pero no, la hija de Felipe y Letizia, de momento, no se ha estrenado en este aspecto, y se desmarca de sus antecesores.

Leonor es la tercera miembro de la Casa Real que recibe formación en esta instalación militar, y la primera mujer. Antes pasaron su abuelo, en 1955 (tres días después de matar a su hermano Alfonso), y su padre, en 1985. La línea continúa con la heredera, a pesar de la oposición frontal de la madre y consorte, a la que no hace nada de gracia esta imposición. El caso de Felipe es interesante de estudiar, y lo podemos hacer a través de la memoria del gran cronista juancarlista, Jaime Peñafiel. Poco amigo del actual rey de España, al que considera un mal hijo por haber permitido "el exilio" de Juan Carlos, siempre sabe qué tecla tocar para hacer caer la careta del monarca. Una que, los más talluditos, recordarán como la de aquel chico alto, rubio y guapo, el sueño de todas las suegras, el que parecía que no había roto nunca un plato. Pues bien, la fachada esconde cositas. Como por ejemplo, que fue un poco perla en la Academia.

Leonor / Casa Real

Felipe VI, arrestado en la academia militar por escaparse a una discoteca

La presencia del entonces príncipe de Asturias en la academia era una atracción total para el resto de cadetes de la promoción. Le pusieron un mote curioso, Felipe el Winston. No porque fumara cigarrillos a escondidas, sino porque era "el rubio más largo". Sí, cosas viejunas. El modoso y casi perfecto Felipe de soltó en Zaragoza, empezó a rebelarse. Lo arrestaron en tres ocasiones como mínimo. No sabemos si fue a parar al calabozo o si ya hacían distinciones con la realeza. Con Juan Carlos no fue así, lo tuvieron recluido por "olvidar sujetar, donde debía, un mortero de 120 milímetros", o ir a ver la Vuelta Ciclista a España mientras se recuperaba de hepatitis en la enfermería. Las faltas de Felipe VI fueron otras: "No tener el armamento en estado de revista; por dejar el arma cima de la litera y un arresto, más grave, por escaparse una noche para, en compañía de dos cadetes, irse a bailar a la discoteca Pacha de Zaragoza. ¡Solo tenía 17 años!" Este detalle es interesante.

Felipe VI / RTVE

Jaime Peñafiel revela una historia impensable con Leonor

Peñafiel, quien expresa sorprendido que ha descubierto que la princesa es zurda (ya sabemos lo que eso significa para determinado marco mental), no se hace la pregunta del millón: ¿qué pasaría si a Leonor la pillaran abandonando la academia para ir de juerga? Pues le respondemos desde aquí: se montaría la mundial. No tenemos ningún tipo de duda de que no sería una anécdota divertida: las costuras de la casa, la institución y las fuerzas armadas son marcadamente machistas. Por todo eso, estamos deseando que a la joven se le vaya la olla y emule a papá. Solo así cambiará algo, como está pasando con el escándalo Rubiales, por ejemplo. Hay que enfrentarse a la realidad más caduca.

Leonor y Felipe en la Academia General del Ejército / GTRES

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