El rey de España está en Barcelona. Felipe VI le ha cogido el gustillo a eso de pasearse por la capital de la díscola Catalunya, últimamente lo vemos a menudo. Solo o acompañado por su mujer Letizia, incluso con sus hijas Leonor y Sofía. La excusa más utilizada es la de asistir a ferias importantes, como la que ha arrancado este martes 31 de enero en el recinto de Gran Vía en L'Hospitalet de Llobregat: la inauguración del Integrated Systems Europe (ISE), la feria audiovisual más grande del mundo. La cita recupera la normalidad post pandemia y quiere batir récords en su llegada a Barcelona tras celebrarse en Amsterdam.

Felipe, que acaba de celebrar su 55.º cumpleaños, ha sido recibido por autoridades diversas. No estaban en un primer momento ni el conseller de Empresa y Trabajo Roger Torrent ni la alcaldesa Ada Colau, que se han sumado eso sí al paseo del Jefe de Estado por los estands del evento. En cambio sí que había ministros como la catalana Raquel Sánchez, la delegada del gobierno Maria Eugènia Gay o la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat y presidenta de la Diputación, Núria Marín. Todos ellos han podido captar de cerca un detalle físico del monarca que siempre da de sí: sus manos. EN Blau ya explicó en exclusiva que las tenías hechas fosfatina, impresentables. Una de las instantáneas de la jornada invitaría a pensar en el cuchicheo de su séquito por este motivo.

LAS MANOS ESTROPEADAS DE FELIPE VI:

Las manos ensangrentadas de Felipe VI / @casareal
Felipe VI y sus manos estropeadas / @casareal

FELIPE VI HOY EN BARCELONA:

Felipe VI en Barcelona, provoca cuchicheos / GTRES

Felipe VI, víctima de la onicofagia: se come las uñas hasta destrozarse las manos

El Borbón se destroza las manos por una enfermedad, un trastorno compulsivo, una mala costumbre: comerse las uñas. Onicofagia es el término más preciso. Bueno, más bien las devora, haciendo extensiva su ansiedad al resto del dedo. En los peores momentos de esta práctica, muy relacionada con el estrés, llegó a límites desagradables: heridas, sangre, aspecto dejado e impropio. Más todavía siende una personalidad de su relevancia pública, que vive en una recepción y besamanos permanente. Besar esta mano no debe ser nada agradable. A menudo se ha puesto tiritas para esconderlo, pero hace tiempo que no vemos apósitos enganchados. Debe ser que trataba de arreglar el desastre. Tiene amigos especialistas en dermatología, pero no tienen la fórmula mágica para apartarle los dedos de la boca. Por lo que hemos visto, no lo ha superado.

Felipe esconde sus manos hechas fosfatina con tiritas / Europa Press

El trastorno de Felipe VI no mejora: manos impresentables en Barcelona

Las manos empiezan a recuperar su antiguo aspecto y poco recomendable. Enrojecidas, feas. Uñas cortas no, reducidas a la mínima expresión. Llevarlas de esta manera deja una impresión paupérrima. Especialmente si te tienes que presentar a una entrevista de trabajo: pierdes muchos puntos, transmite inseguridad, nervios, ansiedades y miedos. Afortunadamente para Felipe, nunca ha tenido ni, de momento, tendrá este problema: es rey por la gracia de Franco y transmisión genética de su padre huido, Juan Carlos. Si cuando le da la mano a alguien da pena, le importa un pimineto. Otra cosa es lo que proyecte al resto del mundo.

Los dedos de Felipe VI en Barcelona / GTRES
Los dedos de Felipe VI siguen sufriendo / GTRES
Felipe VI en Barcelona / Europa Press

¿Felipe pillado con las manos en la masa? Bueno, con las manos hechas una chapuza seguro que sí.