El matrimonio real ha sido protagonista de grandes historias desde sus inicios. Se dice, por ejemplo, que el flechazo fue instantáneo. Felipe VI y Letizia han sido el centro de la cultura mediática desde mucho antes de anunciar su compromiso en Zarzuela. Han tenido una tarea ardua y constante, hacer creer que su relación es estable y genuina. Primero fue la corte juancarlista, que se escandalizó con la joven plebeya y divorciada. Después eran los medios los que no estaban convencidos de que fuera idónea. Y aunque no se tenía claro en ese entonces, ahora hay otros datos que arrojan algo de luz sobre el matrimonio y el acuerdo que tienen entre sí.
¿La relación de Felipe VI y Letizia empezó como cualquier otra? Una unión basada en la atracción, el cariño y la felicidad. Siempre va a existir esa duda, sobre todo por ciertos datos que no se pueden descartar del todo. Como las aseveraciones que hacía el propio primo de la reina, David Rocasolano, en su libro Adiós, princesa. Los entonces novios se habían centrado en ocultar el pasado de la asturiana, solo contando los detalles inevitables como su origen y estado civil.
Lo que muchos no podían evitar pensar era que la diferencia de clases sociales podría dar pie a una cosa: la ambición. “He estado con doña Letizia en varias ocasiones”, redactó Bouza Serrano, exembajador de Portugal, en su libro. “Es como si tuviera dos caras. Por un lado, se aprecia en ella cierta inseguridad, pero por otro, es muy ambiciosa”, señaló. ¿Y si no fuera casualidad? ¿Cuál es el objetivo final? Por supuesto, se trata del poder.
La realidad que esconde el matrimonio de Felipe VI y Letizia
Pese a que Jaime Del Burgo se atrevió a revelar algunos detalles escabrosos y delicados sobre la experiodista, los medios locales decidieron no darle mucha cobertura a estas afirmaciones. Pero lo que dice Del Burgo podría ser del todo cierto, él argumentó que nunca existió una infidelidad. El matrimonio de Felipe y Letizia no es más que un acuerdo. En esta versión, la relación extramatrimonial fue consensuada y por ello se habla de citas en Zarzuela, uno de los lugares más privados para mantener un secreto.
Algo similar aseguran Pilar Eyre y, Jaime Peñafiel en Los silencios de Letizia, donde describe un escenario donde los royals no han dejado de convivir juntos. Ya que su relación fue acordada por un bien común, lo suyo dejó de ser platónico hace muchos años. De hecho, la Casa Real estaba atravesando una crisis a partir del 2012 con el caso Nóos y posteriormente con todo el tema de Juan Carlos I. Así que, por el bien de la Corona, se decidió lo más sensato: unión por la institución y separación en el plano personal.
“Ahora solo son un equipo de trabajo”, corrobora Peñafiel. Letizia obtiene lo que ha estado construyendo desde hace años, su rol protagónico en la institución y mucho más dinero del que podría haber obtenido de continuar su carrera periodística.
Felipe VI y Letizia están comprometidos con mejorar su imagen pública y llevar a la princesa Leonor al trono. No contaban con que algunas cosas salieran a la luz, ¿qué más les queda? Deben seguir y hacer oídos sordos como la reina Sofía y Juan Carlos I, quienes ocultaron su desamor por casi 30 años.