Felipe VI y Letizia hace tiempo que han tomado caminos separados. El último año cobró fuerza el rumor de una posible ruptura. Los monarcas atravesaron una gran crisis en el año 2012 y estuvieron a punto de anunciar su divorcio; de hecho, muchos medios de comunicación ya tenían preparado el titular con la palabra divorcio, pero finalmente no sucedió. Los padres de Leonor y Sofía valoraron la decisión y finalmente siguieron el ejemplo de Juan Carlos I y la reina Sofía cesando la convivencia. Ya no están juntos, ni tan siquiera comparten techo. Él se instaló en el palacio de la Zarzuela con su madre, mientras que ella se quedó en el Pabellón del Príncipe. Sin la presencia de sus hijas ya no tienen que fingir más.
Los monarcas nunca desvelaron el verdadero motivo de esa crisis, guardaron absoluto silencio y que con el tiempo se olvidase todo. De hecho, cuando mostraban complicidad entre ellos, Jaime del Burgo reapareció como un fantasma del pasado para contar la verdad. Según el abogado, la reina fue infiel al rey con él durante varios años, y estuvieron a punto de marcharse a Miami, donde formarían una familia mediante la gestación subrogada.
Como dijo Pilar Eyre, Felipe VI y Letizia se mantendrían unidos solo por la corona, serían “un equipo de trabajo”. Los dos tienen intereses en común. Según Laura Rodríguez, el resto del tiempo ambos hacen vidas por separado, ni tan siquiera quieren coincidir en sus compromisos institucionales. Todos los viernes la monarca se vacía la agenda institucional y se marcha con su pareja, un empresario catalán con el que se ve en secreto en un apartamento de París. Mientras que el rey también estaría ilusionado con una rica heredera descendiente de Franco.
Felipe VI se marchó con sus amigos a Suiza
Con la ruptura de Letizia, Felipe VI ha recuperado cosas que había dejado de hacer por ella. Como sus escapadas con sus mejores amigos, los hermanos Fuster. El viernes 7 de febrero, el hijo de Juan Carlos I tenía unas audiencias por la mañana, pero por la tarde estaba libre, y no pensaba ir ni a la boda de Nicolás de Grecia ni tampoco a los Goya. Sería un escándalo que acudiese solo. Por ello cogió el avión privado, uno de los Falcon, y se marchó a Suiza, donde esquía con sus amigos cuando no quiere ser descubierto. Volvió el domingo a última hora.
Prefieren este paraíso fiscal porque encuentran mayor discreción y privacidad. De todos los Alpes suizos, Felipe VI elige la estación de Gstaad, una de las más conocidas y preparadas. Probablemente la más conocida de las estaciones suizas, Gstaad acoge a esquiadores de alto nivel adquisitivo, con un 60% de visitantes del propio país. La zona de esquí de Gstaad se compone de cinco valles, los cuales ofrecen una muy buena calidad de nieve gracias a su orientación. Tiene varios parques de snowboard que atraen a los amantes de esta modalidad.
