El rey emérito Juan Carlos I, a sus 86 años, reside en Abu Dabi desde agosto de 2020. Las controversias y escándalos que marcaron el final de su reinado forzaron a la institución monárquica a distanciarse de él para tratar de recuperar la buena imagen de la corona y la confianza del pueblo.
Juan Carlos I esperó casi un año antes de pisar de nuevo por primera vez territorio español. Aunque fue una visita que levantó revuelo, algo que no gustó en la casa real. Así las cosas, se le exigió al emérito que cualquier futuro desplazamiento debía ser previamente consultado y llevado a cabo con discreción.
Juan Carlos I normaliza sus visitas a España
Juan Carlos I acató estas indicaciones en sus siguientes visitas, manteniendo un perfil muy bajo y evitando a los medios de comunicación. Al ver este comportamiento, Felipe VI y Letizia le permitieron visitar España sin necesidad de pedir permiso. Desde entonces, el emérito ha realizado varias visitas al país en lo que va del año.
En cualquier caso, Felipe y Letizia se lo dejaron claro. No podía realizar estancias largas ni quedarse de forma permanente. No obstante, el rey llegó a un acuerdo con su padre que, probablemente, tenga que cumplir más pronto que tarde.
Felipe VI debe decidir si deja volver a Juan Carlos I de forma definitiva
Felipe VI le garantizó a Juan Carlos I que podría volver a España en dos casos: si necesitaba ser sometido a alguna intervención quirúrgica importante que necesitase tiempo de recuperación o si padece alguna enfermedad terminal que anuncie su final, con el objetivo de que pueda morir en España.
Es cierto que Juan Carlos I no necesita ser operado y que tampoco le ha sido diagnosticada ninguna enfermedad terminal. No obstante, si tiene un estado de salud muy complicado. Su movilidad se ha visto muy reducida en los últimos meses. No se separa de su silla de ruedas en su día a día, y tampoco de sus guardaespaldas y el bastón que le sirven de apoyo en sus apariciones públicas.
Una situación que tiene a Felipe seriamente preocupado y ante la decisión más difícil de su vida: permitir regresar a Juan Carlos I para estancias más largas y de forma definitiva. Una decisión en la que, inevitablemente, entra el resto de la familia. El estado de Juan Carlos I es realmente delicado y Felipe no es el único que tiene algo que decir. Las infantas Elena y Cristina quieren que su padre regrese a España, donde estará mejor cuidado y vigilado.