Desde su salida de España en 2020, la figura de Juan Carlos I ha sido fuente de debate y polémica. Su regreso en 2021 marcó un punto de inflexión que llevó al rey Felipe VI a imponerle ciertas restricciones para evitar el escándalo público. Entre ellas, la obligación de avisar con antelación y mantener un perfil bajo durante sus visitas.
Además, la relación entre Juan Carlos I y Letizia ha sido históricamente distante, y su retorno a los espacios de la familia real ha sido tratado con gran cautela. La reina consorte no quiere ni ver al emérito cerca de su entorno. Siempre ha sido muy meticulosa e insistente en esta cuestión.
A pesar de estas limitaciones, con el tiempo, el rey emérito ha logrado reconstruir su relación con su hijo, ganándose cierta flexibilidad en sus viajes a España. Aunque oficialmente no tiene permitido alojarse en el Palacio de la Zarzuela, parece que existen excepciones cuidadosamente calculadas.
Juan Carlos I pasó la noche del pasado jueves en Zarzuela
Según ha revelado ESdiario, Juan Carlos I pasó la noche en Zarzuela la semana pasada, coincidiendo con su viaje a Lisboa para asistir al funeral del Aga Khan IV, líder espiritual de los musulmanes ismaelitas. Sin embargo, lo más llamativo de esta estancia no fue su discreción, sino la circunstancia en la que ocurrió: ni la reina Letizia ni la reina emérita Sofía se encontraban en el palacio.
Las fuentes citadas por el medio aseguran que el rey emérito llegó a Madrid el jueves 6 de febrero, cenó con su hijo y pasó la noche en Zarzuela antes de continuar su viaje a Portugal a la mañana siguiente. Letizia, por su parte, estaba en Murcia junto a su madre, Paloma Rocasolano, mientras que Sofía había volado a Atenas para asistir a una boda.
Encuentro en secreto entre Felipe VI y Juan Carlos I
La ausencia simultánea de ambas figuras clave dentro de la Casa Real despierta sospechas sobre si esta situación fue simplemente una coincidencia o una estrategia para permitir el encuentro entre padre e hijo sin generar tensiones.
Este episodio refleja la delicada posición en la que se encuentra Felipe VI, tratando de equilibrar su papel como monarca y como protector de la corona con su relación personal con su padre.