La Navidad está cerca, y para muchas familias es una ocasión especial para reunirse en torno a la mesa y compartir momentos entrañables. Sin embargo, esto no es así para todas. Algunas familias ven sus celebraciones marcadas por tensiones y distanciamientos, y este parece ser el caso de los Borbón. Desde hace más de diez años, las reuniones familiares de antaño han desaparecido. Ni el Palacio de Marivent ni la Zarzuela vuelven a ser el escenario de los encuentros navideños entre los miembros de la realeza. Aunque recientemente se ha mencionado un posible acercamiento, las relaciones entre ellos siguen siendo frágiles. Felipe VI y la reina Letizia han optado por tomar distancia, especialmente respecto a las infantas Elena y Cristina, y aún más en relación con Juan Carlos I.
El rey emérito, Juan Carlos I, enfrenta nuevamente problemas legales en España. En esta ocasión, se han presentado varias denuncias en su contra por parte de cinco fiscales jubilados. Además, se le relaciona con una fundación en Abu Dabi que habría sido creada para facilitar la herencia de las infantas Elena y Cristina. Ante estas controversias, los actuales monarcas han decidido que no es prudente permitir que Juan Carlos regrese a Zarzuela, como inicialmente estaba planeado. Aunque en principio pensaba alojarse en el hotel Four Seasons de Madrid, establecimiento con el que mantiene vínculos cercanos, finalmente se instalará en Ginebra. Aunque su hija, la infanta Cristina, ya no reside allí, sus nietas pasarán algunos días con él en Suiza.
Felipe VI prohíbe la entrada a Juan Carlos a Madrid
Las infantas Elena y Cristina han hecho presión para que Felipe VI ceda y deje que Juan Carlos I se quede en Madrid, ya sea en un hotel o en la casa que Casa Real protege y en la que ha pasado muchos días, a 4 kilómetros de palacio. Parecía que entre ellos se habían estrechado lazos, pero no quieren que a la corona se le vuelva a vincular con su nombre, menos ahora que está de nuevo en vista de un juicio.
Durante las festividades, Juan Carlos I compartirá momentos con sus nietas y también con la reina emérita Sofía y su hermana, Irene de Grecia. Por su parte, Felipe VI y Letizia también planean reunirse con Sofía e Irene, pero no coincidirán con el rey emérito en ningún momento. Como resultado, las princesas Leonor y Sofía no tendrán la oportunidad de compartir una cena navideña con su abuelo. Esto resulta especialmente doloroso para Juan Carlos, quien pensaba que, tras haber coincidido con Leonor en la Escuela Naval de Marín, se abriría una nueva etapa que le permitiría estar más cerca de sus nietas. No obstante, Letizia sigue manteniendo sus condiciones firmes, con el objetivo de proteger la imagen de Leonor, heredera al trono.
La figura de Juan Carlos sigue siendo un problema para la familia. Su reputación afectada y sus acciones pasadas son vistas como una amenaza para la estabilidad de la monarquía, especialmente en un momento en que Felipe VI y Letizia han logrado cierta aceptación gracias a su respuesta ante situaciones recientes, como la tragedia de Valencia. Según la periodista Pilar Eyre, los actuales reyes intentan mantener al emérito a distancia, considerándolo un elemento perjudicial para la corona.
En esta Navidad, la familia real estará dividida en varios grupos. Felipe y Letizia compartirán estas fechas solo con Paloma Rocasolano, madre de la reina, y su pareja, Marcus Brandler. Mientras tanto, las grandes reuniones familiares de antaño, con decenas de personas elegantemente vestidas, champán en mano y un espíritu de unidad, parecen haberse quedado en el pasado.