Felipe VI y Letizia se conocieron en 2003, en una fiesta que organizó Pedro Erquicia. Unos meses más tarde oficializaron su noviazgo en medio de muchos rumores. El entonces príncipe de Asturias tenía claro que la asturiana era el amor de su vida, así se lo comunicó a Juan Carlos I y Sofía, pero los reyes no veían con buenos ojos el nuevo amor de su hijo. Plebeya, divorciada, de padres separados y presentadora de informativos. Todo podía salir mal, pero finalmente no fue así. El ahora rey le dejó muy claro a sus padres que si no se casaba con ella dejaría la corona con lo que ello conllevaba. Estos cedieron.

Hace justo 20 años que se conocieron, el año que viene cumplirán dos décadas casados. Pero su matrimonio no ha sido un camino de rosas. Letizia y Felipe han afrontado varias crisis, aún así se han mantenido unidos. Hubo un tiempo, cuando se vieron afectados por el caso Nóos, que la reina estuvo a punto de pedirle el divorcio, pero no le benefició. Ahora vuelven a pasar por un momento complicado con las últimas novedades, el divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin o los regresos de Juan Carlos I y las noticias que le rodean.

Felipe y Letizia en Cádiz
Felipe y Letizia en Cádiz

Gigi Howard, su primer gran amor 

Pero Letizia podría haber continuado como presentadora de informativos y no precisamente como reina de España. Felipe VI tuvo otras mujeres. Su primer amor fue Gigi Howard. La conoció en Washington, donde estudiaba el máster junto a su primo, su mejor amigo. Los dos vivieron la mejor época de sus vidas, y ambos se enamoraron, aunque a uno le fue mejor que al otro, ya que Pablo de Grecia continúa casado con la misma mujer.

Felipe VI disfrutó de aquella época porque vivió sin la presión mediática, sin la de sus padres. Pudo ser durante varios años una persona normal y corriente, como el resto. Disfrutó de la época universitaria. De las fiestas y de las mujeres.

Felipe VI y Gigi Howard efe
Felipe VI y Gigi Howard efe

Fue la reina Sofía quien decidió enviarle a estudiar el máster a Georgetown para que pudiese alejarse del malestar que se reinaba en Zarzuela. Los entonces reyes discutían mucho por las enésimas infidelidades del exmonarca.

Felipe se enamoró de Gigi Howard. Tenía todo lo que a él le gustaba. Una chica sexy y liberada. La belleza de esta modelo era espectacular. Era alto, como él, metro ochenta, melena hasta la cintura. Se la presentó la pareja de su primo, Marie Chantal. Se la llamaba la nueva “Grace Kelly española”. La prensa nacional tenía prohibido hablar de ella. Estuvieron un año juntos.

El príncipe de Asturias vivió una auténtica historia de amor con ella, aunque más bien era todo muy sensual. Sus hormonas se habían despertado. Vivieron a todo lujo y no les importaba besarse apasionadamente en cualquier parte. “Paseos por Manhattan, seguían el circuito social de la jet set, comidas en Le Cirque o Côte Basque, los restaurantes más caros de Nueva York, fueron a la isla de Saint Martins, donde jugaron sensualmente”, detalla Pilar Eyre. Esas fotografías del desmadre de Felipe quedaron guardadas en un cajón.