Felipe VI es el rey de España, pero nadie lo diría porque detrás de todas sus decisiones se encuentra Letizia. El refrán dice que detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. Se podría aplicar a este caso. La reina es una mujer fría y calculadora, demasiado controladora. Una imagen de la que quiere alejarse, pero no lo consigue. Desde que accedió al trono, es ella quien se ha encargado absolutamente de todo. Incluso ha conseguido retirar a toda la familia de su marido de la corona. Ha dejado al monarca completamente solo. En cambio, siempre ha protegido a su propia familia. Ella ordena, y él ejecuta sus órdenes.
Toda la familia del rey está en su contra. Culpan a Letizia de todos los males y a Felipe por ser un calzonazos. En más de una ocasión, las infantas Elena y Cristina le han llamado la atención por las humillaciones públicas a las que somete a sus padres, Juan Carlos y Sofía. Intolerables, especialmente en el caso de la segunda.
La relación de Felipe con Juan Carlos y Sofía es insostenible. El emérito ha cerrado puertas, mientras que la emérita no puede sacrificar la relación con su hijo, pero tampoco va a hacerle caso. La griega se mantiene fiel a su labor dentro de la institución, nunca haría daño a la corona porque de esta forma se lo haría al rey a sus hijas, y eso no piensa tolerarlo. Pero siempre ha ayudado a sus otras dos hijas.
La reina Sofía no iba a renunciar a la familia
La reina Sofía ha estado en todo momento al lado de la infanta Cristina. Tanto cuando Iñaki Urdangarin entró en prisión como en la actualidad con el divorcio. Como primera medida, ya que la emérita es la única que se mantuvo en los Presupuestos Generales del Estado y continuaba con sus labores dentro de la institución, no debía vincularse al exduque de Palma, con quien tenía una excelente relación hasta la traición a su hija. Tampoco con Cristina. Ella no quiso dejar a su hija en la estacada en un momento tan convulso. También acudió a la cárcel de Brieva para visitar al padre de cuatro de sus ocho nietos. Desobedeció a su hijo, y allí empezó la verdadera guerra.
Tampoco renunció a darle cobijo a Froilán y Victoria Federica. Siempre que éstos venían de fiesta y no querían que se enterase la infanta Elena, Sofía les cubría. Se quedaban toda la noche allí hasta que despertaban bien entrada la tarde.
Felipe VI le ha prohibido ahora que todos sus nietos se puedan ver las caras en Marivent junto a su abuela, su mayor sueño. Letizia no quiere que Leonor y Sofía se junten con sus primos ni tías. La emérita verá igualmente al resto de la familia, una reunión familiar que no contará con la Casa Real.