La paciencia en Zarzuela tiene un límite, y Victoria Federica lo ha sobrepasado. Han sido muchas las noches en las que la hija de la infanta Elena ha convertido el Palacio de la Zarzuela en su refugio personal, casi como si de un bed & breakfast exclusivo se tratara. Y la paciencia de Felipe VI ha llegado a su fin.

A pesar de tener recursos suficientes para independizarse, Victoria ha optado por una vida cómoda, sin asumir gastos ni responsabilidades domésticas. Sigue viviendo con su madre. Mientras que su día a día gira en torno a viajes, cenas de lujo y fiestas con amigos. Un estilo de vida que, lejos de pasar desapercibido, ha generado molestia e incomodidad en la Casa Real. Sobre todo porque muchas de estas escapadas terminan con la joven apareciendo en Zarzuela en plena madrugada, en condiciones nada apropiadas.

Victoria Federica / Instagram
Victoria Federica / Instagram

Victoria Federica lleva años generando malestar en Zarzuela

Desde hace tiempo, Felipe VI ha intentado limitar la presencia de su sobrina en el palacio. El monarca estableció normas estrictas sobre quién puede alojarse allí, y hubo una etapa en la que Victoria tenía prohibido pernoctar en la residencia. Además, tanto él como la reina Letizia han advertido en varias ocasiones a la infanta Elena sobre el comportamiento poco ejemplar de su hija.

Sin embargo, Victoria Federica consiguió volver a colarse en Zarzuela. Lo hizo aprovechando la estancia de sus primos Irene, Juan y Miguel Urdangarin, que pasaron temporadas en el palacio el año pasado. La presencia de los jóvenes abrió la puerta para que Victoria retomara sus costumbres nocturnas, volviendo a utilizar el recinto real como dormitorio improvisado tras sus salidas.

Victoria Federica i Irene Urdangarin / Instagram
Victoria Federica i Irene Urdangarin / Instagram

Felipe VI pone fin a las visitas nocturnas de Victoria Federica

Durante años, la reina Sofía fue su principal aliada. La monarca emérita, de talante conciliador, permitió que su nieta frecuentara Zarzuela sin muchas restricciones. Pero incluso su paciencia ha llegado al límite. Las constantes llegadas en estado deplorable, acompañada de amigos y creando un auténtico caos en la residencia, han hecho que tanto Sofía como Felipe pongan fin a la situación.

Felipe VI no ha dudado esta vez. Tras la cuarta noche en la que Victoria volvió al palacio a altas horas, con signos evidentes de haber estado de fiesta, el jefe del Estado le comunicó que no volvería a permitirle la entrada sin autorización expresa. La decisión, respaldada en esta ocasión por la propia reina Sofía, marca un antes y un después en la relación de Victoria Federica con la residencia real. Ya no es bienvenida.