Letizia ha despertado los celos en Felipe, y no era una persona precisamente celosa, más bien era una característica de la reina. La monarca le pidió a su marido que nunca le engañase, finalmente ha sucedido al revés. Según Jaime del Burgo, quien ha roto su silencio tras más de cinco años desaparecido, la reina habría sido infiel al rey con él durante varios años. Una supuesta infidelidad que se descubrió en 2013, y desde entonces el hijo de Juan Carlos habría perdido toda confianza en la madre de sus hijas. El rey es una persona muy seria y responsable, si hay algo que nunca perdonaría a alguien es la mentira. No tolera sentirse engañado. Puede perdonar cualquier cosa, es un hombre de mentalidad muy abierta, pero jamás tolera la falta de confianza y sinceridad. Se sintió muy dolido.
Felipe y Letizia estuvieron a un paso de anunciar su divorcio. Todos los medios de comunicación tenían la noticia preparada, pero finalmente no sucedió. Sería un gran escándalo para la corona, así que decidieron seguir los pasos de Juan Carlos y Sofía, el cese de la convivencia. En los actos institucionales juntos, y de puertas para dentro separados, cada uno hace su vida. De hecho, duermen en habitaciones separadas.
Las declaraciones de Jaime del Burgo han hecho mella en el matrimonio y esa era la intención real. El abogado quiere destrozar a los Borbón y eliminarlos de la corona. Se considera monárquico pero no borbónico.
Felipe no perdona una mentira
Desde que Felipe investigó a Letizia y descubrió la famosa infidelidad, el rey no se fío nunca más de ella y empezó a vigilar cada uno de sus movimientos. Cada vez le era más complicado tener intimidad. Se sentía presa.
De hecho, en los últimos años, Felipe ha estado al tanto de todas las relaciones de Letizia con sus amistades. Incluso cambió al entrenador personal de la reina, veía entre ellos demasiada complicidad.
Letizia se ha rodeado siempre de mujeres en su equipo de asesores. Eso da que pensar que Felipe habría prohibido a su mujer tener hombres en su equipo.
La relación de Felipe y Letizia estaría marcada por las desconfianzas y sospechas. El intento de la Casa Real de silenciar posibles revelaciones y la vigilancia constante sobre Letizia ilustran la gravedad de la situación. La estabilidad de la monarquía está en juego.