Por todos es sabido que Juan Carlos nunca ha querido a Letizia, aunque la reina no tiene que darse por aludida porque el emérito no ha querido a ninguna pareja de su hijo, básicamente porque todas eran plebeyas. El entonces príncipe tenía claro que se enamoraría de una mujer con la que fuese feliz y no quería casarse con alguien a quien no amase para vivir un matrimonio infeliz durante toda su vida, como les sucedió a sus padres. El ejemplo lo tiene en casa. El emérito destruyó todas las relaciones de su hijo con la presión mediática, pero con la periodista no pudo, estaba curtida en demasiadas guerreras, y la ganó. Pero la madre de Leonor y Sofía nunca estuvo enamorada del padre de sus hijas.
Felipe apostó plenamente por Letizia. Se casaron en mayo de 2004, ahora hace dos décadas, pero el matrimonio no duró el tiempo esperado. Por no generar un escándalo, los reyes optaron por no divorciarse, pero estuvieron a un paso en varias ocasiones. En 2012 vivieron la crisis más importante de su matrimonio, y ahora se sabe que no es por culpa de las fechorías de Juan Carlos ni por la situación de la corona en aquel entonces, sino porque la reina podría haber sido infiel al rey con Jaime del Burgo durante varios años. Fue Juan Carlos quien envió al CNI a investigar a su nuera y descubrió esta relación extramatrimonial. Al contárselo a su hijo montó en cólera y la vida cambio para ambos. Se sintió decepcionado con Letizia. No podía creer que la madre de sus hijas, en la que había depositado toda la confianza, le fallase.
Felipe no perdona a Letizia
Es un duro revés. Se sintió humillado y traicionado. Felipe VI no tolera la mentira. Nunca perdonará a Letizia aunque lo intentó en varias ocasiones por el bien de la corona y la unidad familiar. Pero finalmente optaron por el cese de la convivencia siguiendo el modelo de Juan Carlos y Sofía. Solo se mantienen unidos ante los actos institucionales, en el ámbito privado cada uno hace su vida por separado.
Lo que nadie ha contado es que cuando Felipe descubrió la infidelidad de Letizia se le vino el mundo encima. Nunca nadie le había hecho tanto daño. Él confiaba plenamente en ella y se peleó con su familia por ella. Perdió toda su confianza. Fueron meses especialmente difíciles para él hasta que aceptó la situación. Además, no es un hombre de discusiones, y éstas no cesaban, una tras otra. Era un escándalo. Leonor y Sofía eran pequeñas y no lo estaban pasando bien. Por recomendación de sus padres, el rey acudió a un psicólogo. Necesito ayuda psicológica.