La figura del rey Felipe VI ha experimentado un notable cambio en los últimos tiempos, especialmente desde que la influencia de Letizia ha comenzado a desvanecerse. Durante años, las estrictas normas impuestas por la reina consorte habían creado un ambiente de hermetismo en la Zarzuela, donde parecía que Letizia tenía el control absoluto. Este control, según fuentes cercanas, afectaba tanto al ámbito personal como institucional, dejando a Felipe VI en un segundo plano. El rey fue incluso calificado como un “calzonazos”, en referencia al dominio que ejercía su esposa sobre él.

Desde que Felipe VI asumió el trono en 2014, junto a Letizia, la Casa Real vivió una transformación significativa. La reina, conocida por su rigidez y carácter disciplinado, puso en marcha una limpieza profunda en la familia. La salida del rey emérito Juan Carlos I a Abu Dabi fue una de las primeras señales de esta reorganización, al igual que el distanciamiento de las infantas Cristina y Elena, quienes también quedaron apartadas del núcleo de la familia real.

Letizia reina GTRES

La reina Letizia toma el control de Zarzuela, y de Felipe VI

Letizia impulsó una imagen de transparencia y pulcritud, alejando cualquier sombra de corrupción o escándalo de la monarquía, en particular tras el caso Nóos que involucró a su cuñada Cristina.

Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente en los últimos meses, cuando se hicieron públicas las revelaciones de Jaime del Burgo sobre supuestas infidelidades de Letizia. Estas revelaciones no solo sacudieron los cimientos del matrimonio real, sino que también alteraron la dinámica dentro de la familia y la Casa Real. La figura de Letizia, antes omnipresente, ha ido perdiendo peso, y con ello, Felipe VI ha comenzado a resurgir, mostrando una faceta mucho más relajada y cercana.

Felipe VI

Sin la reina Letizia, Felipe es otro

Este nuevo Felipe parece haber recuperado el control de su vida y, según diversas fuentes, ha retomado la relación con sus hermanas, Cristina y Elena. La reciente boda en la que coincidieron los tres fue una clara señal de esta reconciliación familiar. En la celebración, Felipe, Cristina y Elena se mostraron sonrientes y unidos, compartiendo incluso una fotografía familiar junto a la reina emérita Sofía, que ha sido vista como un gesto público de cohesión, algo que no se veía en años.

Pero lo que más ha sorprendido a muchos fue la actitud de Felipe en la fiesta posterior a la boda. Sin la presencia de Letizia, el rey dio rienda suelta a una libertad que no había podido disfrutar en mucho tiempo. Según testigos, Felipe VI se quedó en la celebración hasta las seis de la madrugada, algo impensable cuando está con su esposa, ya que las fiestas con Letizia suelen terminar temprano, poco después de la cena. Sin duda, sin Letizia, Felipe es otro, es un hombre feliz.