No es ningún secreto que la relación entre la reina emérita Sofía y la reina Letizia no atraviesa un buen momento. En realidad hace años que está deteriorada. La frialdad entre la consorte y su suegra es evidente en cada una de sus apariciones públicas. Cuando están juntas se percibe que no se pueden ni ver.

En este sentido, Letizia lleva tiempo trabajando en mejorar la imagen de la familia real. Su obsesión es preservar el futuro reinado de su hija y ello ha pasado por alejar de su entorno todo lo que huela a polémica y al rey emérito Juan Carlos. Desde Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina a Froilan, pasando por la infanta Elena, Sofía y compañía.

La reina Letizia no puede ni ver a su suegra

Uno de los episodios más recordados de la mala relación entre ambas sucedió en la Catedral de Palma, en Semana Santa de 2018. Nos referimos a aquella escena en la que Sofía se intentaba fotografiar con sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y Letizia se puso delante para evitar la instantánea. La reina quería evitar que su suegra intentara blanquear su imagen luciendo junto a las jóvenes. A la salida de la Catedral, Letizia incluso le limpió a Leonor el beso que su abuela le había dado en la frente.

Según Vanitatis, este comportamiento responde también a que “hay competencia entre ellas”. “Sofía nunca ha abandonado su papel de reina y mientras la mayoría de su entorno la trata como tal, la reina Letizia ya no la trata con tanto protocolo y eso a provoca ciertas incomodidades”, publica el medio.

Escapadas de Felipe desde 2004

Pero al margen del motivo de esta animadversión, diferente es la relación que tiene Sofía con su hijo. El rey Felipe VI sí ha mantenido una buena relación con su madre. La considera una víctima de todos los trapicheos del rey emérito Juan Calos I y siempre la ha tenido en la mejor consideración.

felipe sofia
Felipe y Sofía

De hecho, a pesar de que Letizia prefiera compartir el mínimo tiempo posible con su suegra, no es así para Felipe. Según Vanitatis, el Jefe de Estado la visita a diario, sin escoltas y sin Letizia, siempre que su agenda se lo permite. Cada tarde el rey se escapa para ver a su madre y compartir un rato con ella. Lo lleva haciendo desde que se casó en 2004. En ocasiones acude solo. Otras veces, si están en España, va con la infanta Sofía y la princesa Leonor. O al menos con una de ellas.