La infanta Elena es conocida por ser la más apegada a las tradiciones de la familia Borbón y una ferviente defensora del legado de su padre, el rey emérito Juan Carlos I. Esta postura ha provocado que en varias ocasiones haya tenido diferencias con su hermano, el rey Felipe VI, especialmente en torno al trato recibido por sus padres tras la abdicación de Juan Carlos. Elena ha manifestado su desacuerdo con la situación actual del exilio del rey emérito en los Emiratos Árabes Unidos, considerando que la decisión de enviarlo fuera de España carece de justificación. Desde hace cuatro años, Juan Carlos I reside en Abu Dabi, inicialmente en un hotel de lujo y posteriormente en una residencia en la exclusiva isla de Nurai.
De toda la familia, la infanta Elena es quien más ha mantenido contacto con su padre durante este periodo. Ha realizado más de 60 visitas documentadas, aunque probablemente haya viajado en otras ocasiones de forma discreta. Además, se han reunido en diferentes lugares como Galicia, donde solían participar en regatas, así como en Ginebra, Londres y Madrid. Gracias a este constante contacto, Elena está plenamente al tanto del estado de salud de su padre, quien cumplirá 87 años en breve y enfrenta un cuadro médico delicado e irreversible. Es quien informa casi a diario a Felipe VI de la gravedad del asunto, y quien le pide encarecidamente que le deje vivir en España, ella se encargará de él.
La salud de Juan Carlos I, ya frágil desde hace años, se ha deteriorado progresivamente. Las múltiples operaciones de cadera y rodilla, iniciadas tras su caída en Botswana, no han logrado mejorar significativamente su movilidad, a pesar de someterse a tratamientos avanzados. Actualmente, los médicos han confirmado que no hay más soluciones definitivas y que su condición lo llevará inevitablemente a depender de una silla de ruedas. Este es un escenario que el rey emérito preferiría evitar mostrar públicamente, pero que ahora parece inevitable.
Juan Carlos I se cambia de casa porque acabará sus días en una silla de ruedas
Ante esta situación, la familia ha tomado medidas para adaptar su entorno a sus nuevas necesidades. La infanta Elena, anticipándose a este desenlace, ha realizado reformas en su hogar para hacerlo accesible a una persona con movilidad reducida, con la intención de que su padre pueda pasar allí sus últimos años si lo desea. Mientras tanto, Juan Carlos I ha cambiado de residencia en Abu Dabi a una villa completamente equipada para facilitar su vida diaria. Esta nueva mansión, situada a poca distancia de su anterior domicilio en la misma isla, es un regalo de un jeque árabe y cuenta con todas las comodidades necesarias, como playa privada y helipuerto.
La villa está diseñada específicamente para personas con movilidad limitada, ofreciendo un entorno seguro y accesible. Además, su ubicación garantiza la máxima privacidad, con estrictas medidas de seguridad para evitar la presencia de paparazzis. El rey emérito desea mantener en secreto cualquier imagen que lo muestre en silla de ruedas, protegiendo así su dignidad y legado público.