Cuando Letizia Ortiz empezó a salir con Felipe hace 20 años, la futura consorte no era bien vista por muchos miembros de la familia real. Sobre todo por Juan Carlos I, Sofía y la infanta Elena. Que Felipe estuviera forjando una relación con una plebeya nieta de taxista no cabía en sus mentes.
La pareja, no obstante, encontró una buena aliada en la infanta Cristina. Ella también se había emparejado con un plebeyo, Iñaki Urdangarin, y supo empatizar con Letizia rápidamente. Se hicieron muy buenas amigas. Cristina les dejaba su piso de Barcelona para que tuvieran encuentros privados, lejos de los ojos de la prensa. Felipe también congenió mucho con Iñaki. El entonces príncipe incluso llegó a pedirle que le comprara el anillo de compromiso para Letizia en una joyería muy importante de la ciudad condal.
El caso Nóos marcó un antes y un después en la relación entre Letizia y la infanta Cristina
Pero el caso Nóos lo cambió todo. Letizia, en su misión de limpiar la familia real de corrupción y personas con actitudes cuestionables, presionó para alejar a la pareja de la familia. Y así fue como Felipe les retiró los títulos de duques de Palma y apartó a Cristina de la familia real. Corría 2010.
Desde entonces, Cristina ha estado lejos del círculo real. Sin embargo, todo ha cambiado en los últimos meses. Las revelaciones de Jaime del Burgo sobre presuntas infidelidades de la consorte al rey Felipe VI han llevado a Casa Real a dejar a Letizia en segundo plano. Sea cierto o no lo que dice Del Burgo, no deja de perjudicar a la imagen de la reina y, por ende, a la de la monarquía. Y ello ha dejado a Letizia en una posición debilitada.
Felipe VI se deja ver con una de las enemigas de la reina Letizia
No solo eso. Altos cargos de Zarzuela han considerado conveniente mostrar al público una imagen de unión en la familia. De ahí escenas como la del 60 cumpleaños de la infanta Elena del pasado mes de diciembre, al que acudieron el rey emérito Juan Carlos I y Letizia. Era la primera vez en muchos años que la reina coincidía con su suegro y su cuñada en una misma mesa. Sin las revelaciones de Del Burgo, ese encuentro difícilmente se habría producido.
O como la de este fin de semana, en la que Felipe se ha dejado ver con total normalidad con otra de las grandes enemigas de Letizia en la actualidad: la infanta Cristina. Ha sido en la boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova, celebrada este fin de semana. Un evento al que Felipe y Cristina llegaron juntos en el mismo vehículo. Una escena de cordialidad pública entre los hermanos que habría sido impensable hace menos de un año. Una estampa que refuerza esa idea de unidad en la familia y, de paso provoca que se hable de la relación de Felipe con su hermana y no de las presuntas infidelidades de Letizia.
Este episodio, además, ha sido la respuesta de Felipe al desplante de la reina Letizia, que ha preferido irse a París con motivo de los Juegos Paralímpicos antes que asistir a la boda de Victoria y Enrique. La consorte podría haber esperado hasta el domingo y disfrutar del resto de la semana, pero prefirió no esperar y dejar solo al rey.