Andalucía ha votado. Y el resultado es incontestable. Los titulares son estos, la cosa se explica muy rápido: el PP de Juanma Moreno arrasa superando la mayoría absoluta. El PSOE y la izquierda se hunden. Los ultras de VOX se desinflan con Macarena Olona y los vestigios de Ciudadanos reciben la cuchillada final. La resaca es dura fuera del Partido Popular. En diferentes grados, pero resaca y dolor de cabeza, en definitiva. Al margen de las lecturas políticas en clave andaluza, el mensaje es claro: vuelve la derecha de la gaviota. Pedro Sánchez ya tiembla, y los decoradores de La Moncloa empiezan a preparar el proyecto de renovación de la residencia oficial del presidente. Mucho tiene que cambiar la cosa para evitar que el próximo inquilino sea un gallego.
La campaña andaluza ha sido un verdadero infierno: por la ola de calor, por la tabarra de VOX y por la constante obsesión contra un enemigo lejano: Catalunya. También ha sido soporífera. Son los efectos, precisamente, de tanto calor, de los termómetros a punto de reventar. Un estado narcótico que ha hecho que determinadas acciones electorales pasaran desapercibidas. Como por ejemplo, la maniobra utilizada por los vencedores y que es una aberración, pero que define perfectamente a España y su vara de medir. ¿Que Quim Torra no quita una pancarta? Al paredón. ¿Qué Moreno utiliza la imagen del Jefe de Estado para arañar votos? Una tontería sin importancia. Y así todo.
La recta final de la campaña el PP de Andalucía se pasó por el arco de triunfo la presunta neutralidad de la Casa Real española, fichando a Felipe VI como partenaire de su líder y presidente de la Junta (gracias a Ciudadanos y VOX, no lo olvidemos). ¿Qué hizo la Junta Electoral? Pues reñir a los peperos y poca más. Moreno pidió disculpas, pero el montaje ya era parte de la batalla en las urnas. Y se ha seguido utilizando a pesar de no estar permitido. Trampas, vaya. Un clásico. "Llevabas mucho tiempo esperando un presidente como este", dice el texto que representa un supuesto diálogo entre el monarca y el candidato. Sutileza. Y cutrez en el diseño. Horrible.
Ahora bien, la composición gráfica supone un hito impensable para Felipe VI, que acaba de celebrar 8 años al frente del reino. Decíamos que no había trabajado demasiado, y es verdad. Mucha plancha familiar y poco más. Pero con la victoria popular del domingo 19 de junio se puede apuntar un gol impensable: ha ganado unas elecciones. La colaboradora de TV3 Patrycia Centeno hace diana con su reflexión. Ya no podremos decir más eso de "un rey al que nadie ha votado". En la fantasía andaluza, el Borbón iba en sus listas. Y ha arrasado. Olé tú.
Vaya futuro nos espera. Mamá, qué miedo.