Felipe VI ha tenido muchas discusiones con Juan Carlos I. El emérito ha puesto a la corona en el punto de mira y casi ha provocado su desaparición. Finalmente, su hijo tuvo que reaccionar y coger el volante de la situación. Obligó a su padre a abdicar, pero como las noticias no cesaban también tuvo que humillarle públicamente con el exilio. Es probable que el marido de la reina Sofía no vuelva nunca más a España de forma permanente. Siempre se ha saltado la ley por el simple hecho de ser rey de España y gozar de inviolabilidad, pero ahora todos esos episodios salen a la luz y provocan el caos en la corona.
En el cuarto capítulo del podcast Corinna y el rey se habla de los problemas con el alcohol de Juan Carlos I en el episodio que provocó el declive de su reinado. Hay que volver a Botswana y situarse en aquella caza indiscriminada de elefantes donde se conoció públicamente a la empresaria alemana con quién compartía su vida.
Juan Carlos I cenó con unos amigos para celebrar la caza de un gran elefante macho el día anterior. El emérito y sus amigos ingirieron alcohol de manera intensa, acabaron con todas las existencias.
Juan Carlos I acabó borracho y no se aguantaba en pie
La celebración se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Cuando el rey, visiblemente afectado por el alcohol, intentó regresar a su cabaña, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Dos personas tuvieron que ayudarlo a incorporarse y trasladarlo en volandas hasta su cama. Sentía un fuerte dolor en la cadera, pero Corinna no se enteró de lo sucedido, ya que estaba dormida.
A la mañana siguiente, su examante quiso saber qué había ocurrido, pero el monarca emérito afirmó que no recordaba "nada". Conscientes del revuelo que podría generar el incidente, ni la Casa Real ni el Gobierno tomaron medidas para trasladarlo a un hospital en España.
Fue entonces cuando Corinna, alertada de que el rey sufría una hemorragia grave que ponía en riesgo su vida, decidió evacuarlo en su jet privado.
Sin embargo, durante el vuelo de regreso, el rey continuó bebiendo, a pesar de que probablemente necesitaría ser operado al llegar al hospital en Madrid. Corinna intentó persuadirlo para que dejara el alcohol, pero él respondió con determinación: "Yo soy el rey de España y hago lo que me da la gana”.
Felipe VI no quería que este episodio saliese a la luz.
