Felipe VI está harto de los pulsos de Iñaki Urdangarin en este último año. En enero de 2022 anunció su ruptura con la infanta Cristina tras las fotografías donde se revelaba una infidelidad. Desde entonces han empezado una ardua batalla legal con sus abogados por el acuerdo de divorcio. Esperaron al 5 de junio de este mismo año para firmar los documentos, sin embargo no lograron cerrar las negociaciones por las exigentes peticiones del exduque de Palma. Culpa a Juan Carlos de todos sus males y por ello pide venganza. Piensa aprovecharse de las dos décadas en las que formado parte de Casa Real. Sabe demasiadas cosas y no le importa chantajear al resto con ello.
Iñaki Urdangarin pidió 25.000 euros mensuales de por vida, dos millones de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que finalmente renunció, varias propiedades a su nombre, mantener sus escoltas y financiar los gastos relacionados con sus hijos. La infanta no podía hacer frente a esos gastos ella sola con su sueldo de 400.000 euros anuales. Así que es Juan Carlos quien se ofreció a ello, y ante la negativa de su hija, finalmente será él quien haga todos los pagos.
El exjugador de balonmano y la hija de los eméritos llegan a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Hasta la fecha Iñaki recibía 6.000 euros mensuales tal y como figuraba en las capitulaciones matrimoniales. Se le aumentará el sueldo una vez cierren el acuerdo de divorcio. Además, ya se le ha hecho un primer pago de un millón de euros y se le hará un segundo pago al finalizar el proceso o fraccionado.
Sí a la casa de Bidart, no a la de Baqueira, es de Felipe
Sin embargo, Felipe no está de acuerdo en una de sus peticiones. Respecto al patrimonio, Iñaki Urdangarin pide la casa de Bidart, por la que no hay ningún problema, y la casa de Baqueira, donde acude de vacaciones la familia real. El rey no piensa concederle ese beneplácito. Este año ya pasó unos días en ella y tuvo que ir el marido de Letizia de urgencia para echarle. Acudió en compañía de Ainhoa Armentia. Un gesto que no gustó nada a la corona porque lo vio como una amenaza.
Iñaki Urdangarin ya no forma parte de la familia cuando se divorcie, por tanto, no podrá volver a pisarla. El pasado mes de agosto intentó volver, pero Felipe le volvió a advertir, en esta ocasión estuvo más rápido. Según Juan Luis Galiacho, con la casa de Bidart se da por finalizado el reparto de los bienes que compartían Iñaki y Cristina: "El inventario está cerrado, ya le han dado el visto bueno y la firma del divorcio está al caer".