Las últimas semanas del año no han sido fáciles en la casa real. Las revelaciones de Jaime del Burgo sobre su presunta relación con la reina Letizia, sumadas a la crónica de Jaime Peñafiel en su último libro titulado ‘Letizia y yo’ han removido los cimientos de la Zarzuela. Desde la monarquía nadie se ha pronunciado.
Una reacción muy distinta del que ocurrió cuando se supo de una presunta hija ilegítima del rey emérito Juan Carlos I llamada Alejandra, cuando tanto Alejandra de Rojas, la sospechosa del asunto, como el ex monarca, emitieron sendos comunicados negando la mayor y amenazando a quienes publicaran informaciones relacionadas. Niego absolutamente haber tenido relación amorosa alguna con la señora doña Rosario Palacios (q.e.p.d.) y consecuentemente haber tenido una hija con ella. Rechazo y condeno por falso cuanto se ha publicado en relación con este inventado asunto”, compartía Juan Carlos con la agencia EFE. “Ante la noticia publicada la última semana como adelanto de un libro que se intenta publicar en breve, y el sinfín de noticias publicadas en prensa, radio, televisión y redes sociales sobre mi persona, me veo obligada a desmentir de forma tajante mi condición de ‘hija secreta’ del rey Juan Carlos, así como todos los comentarios vertidos sobre un supuesto trato especial recibido durante mi infancia o juventud, por esa falsa condición”, emitió De Rojas.
Nadie mueve un dedo en favor de la reina Letizia
Pero en esta ocasión nadie se ha pronunciado, reforzando los rumores que sitúan a Letizia con su ex cuñado en dos ocasiones, una antes de comprometerse con Felipe VI y otra cuando la princesa Leonor y la infanta Sofía ya habían nacido.
Precisamente ese silencio ha molestado profundamente a la reina Letizia. A la consorte le ha molestado mucho que ni Felipe ni la institución la hayan defendido ante las acusaciones de Del Burgo. Un ’ ghosting’ que la ha dejado como la adúltera y la mala de la película. Y que también ha enviado su buen nombre y su buena imagen a la basura. Ya han habido unos cuantos gritos al respecto.
Ahora Letizia pasa sus días amargada, sin comer, sola y aislada del resto de la familia. El bombazo de Del Burgo la ha dejado muy tocada y le está pasando factura. Están siendo las fiestas navideñas más amargas para la ex de Televisión Española en los últimos 20 años.
Letizia calla muchos secretos del rey Felipe VI
Pero lo que más molesta a Letizia es que conoce detalles de la vida de Felipe VI que también le dejarían en muy mal lugar. El rey tampoco ha sido un santo y tiene sus historias y deslices ocultos y enterrados que no saldrán a la luz, porque de hacerlo, los cimientos de la Zarzuela no solo temblarían: podrían derrumbarse.
Informaciones que muchos saben de su entorno saben pero no España. Y que nadie contará ni confirmará en caso de filtrarse. Todo lo contrario. La casa real se apresuraría a silenciarlas con tal de preservar la imagen de la monarquía, que siempre estará por encima de la imagen de Letizia. Se viene una Nochebuena muy convulsa en el Pabellón del Príncipe.