Las revelaciones de Jaime del Burgo sobre un supuesto romance intermitente entre la reina Letizia y él ha sumido al matrimonio de la consorte y el rey Felipe VI en una crisis sin precedentes. Esta bomba informativa no solo ha desencadenado una profunda desconfianza entre Felipe y Letizia, sino que también ha puesto en tela de juicio la estabilidad de su relación desde sus inicios.
Desde que tuvieron su primera gran crisis matrimonial en 2013, la llama del amor entre Felipe y Letizia se ha ido apagando hasta dejar solo cenizas. Una primera crisis que en su momento se atribuyó al escándalo del caso Nóos y a la presión de Letizia para alejar a la infanta Cristina de la familia real, pero que ahora se ha sabido que habría tenido que ver con que Felipe se enteró de las infidelidades de la consorte.
Matrimonio completamente roto
Pilar Eyre, conocida por su seguimiento de la realeza, afirma que el matrimonio está en ruinas y sugiere que el divorcio podría ser una opción plausible en un futuro cercano. La soledad y el ataque constante hacia Letizia han agravado la situación, dejando al descubierto la falta de apoyo y complicidad entre la pareja. “Yo ahora lo que veo es que Letizia sufre una soledad enorme. La reina está siendo atacada y se están diciendo cosas de ella que le tienen que hacer mucho daño como mujer y como reina. No veo que nadie de su familia, ni su marido ni los monárquicos salgan a defenderla”, afirma Eyre.
Según Eyre, las actitudes de Felipe y Letizia reflejan una relación irremediablemente fracturada. La complicidad y el afecto que alguna vez compartieron se han desvanecido, dejando una sensación de vacío y desapego entre ambos. La posibilidad de seguir juntos, pero viviendo vidas separadas, es una opción que se baraja en medio de esta crisis matrimonial.
"Viendo sus actitudes, creo que este matrimonio está pasando un bache tremendo porque la complicidad y las miradas que se dedicaban al principio ya no están. Quizás antes también era un cuento, ahora me lo planteo… Pero es que ahora no hacen ni siquiera el esfuerzo de fingir que tienen buena relación”, apunta la cronista. “Creo que este matrimonio ya no existe como tal. Ahora veremos si siguen el ejemplo de Juan Carlos y Sofía y continúan juntos a pesar de no ser matrimonio o si optan por decirlo y hacer vidas separadas porque son jóvenes todavía y estamos en el siglo XXI”, concluye.
El rey Felipe VI y la reina Letizia no comparten techo
En este contexto, desde que la princesa Leonor y la infanta Sofía no están en casa, Felipe y Letizia han optado por llevar vidas separadas. Han ampliado sus agendas institucionales para evitar coincidir y han dejado de compartir momentos íntimos juntos. De hecho, Felipe ha optado por pasar las noches en Zarzuela junto a su madre, la reina Sofía, manteniéndose dentro del complejo pero a una distancia física considerable del Pabellón del Príncipe, donde residen tradicionalmente como familia.
Esta separación física evidencia la profunda brecha emocional que ha surgido entre Felipe y Letizia. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro de su matrimonio y la estabilidad de la monarquía española persisten, dejando entrever un panorama sombrío para la pareja real.