El reciente 87 cumpleaños de Juan Carlos I, celebrado con una extravagante fiesta en Abu Dabi, sigue generando tensiones dentro de la familia real española. Para el rey Felipe VI, las imágenes que han salido a la luz de este evento han supuesto un golpe inesperado, una especie de afrenta personal que pone de manifiesto las fracturas internas en la familia.

La celebración, caracterizada por su opulencia, incluyó espectáculos de drones y un despliegue de lujos poco acorde con la discreción que se esperaba del emérito en su retiro forzoso. Aunque Juan Carlos I ya no representa oficialmente a la monarquía, las imágenes de su fiesta han causado malestar en Zarzuela, especialmente al mostrar a varios miembros de la familia real respaldándolo públicamente.

Juan Carlos y familia en su 87 cumpleaños ¡HOLA!
Juan Carlos y familia en su 87 cumpleaños ¡HOLA!

Apoyo incondicional a Juan Carlos I

Entre los asistentes destacaron las infantas Elena y Cristina, acompañadas por algunos de sus hijos, entre ellos Victoria Federica, Froilán, y los cuatro hijos de Cristina e Iñaki Urdangarin: Juan, Pablo, Miguel e Irene. Este apoyo explícito al rey emérito ha sido interpretado por Felipe VI como una traición, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años había intentado reconstruir puentes con sus hermanas, especialmente con Cristina tras el escándalo del caso Nóos.

Cristina, que había comenzado a reconciliarse con Felipe, parece haber dado un paso atrás al aliarse nuevamente con su padre en esta especie de desafío implícito. La postura de las infantas y sus hijos deja claro que para ellos Juan Carlos I sigue siendo una figura central, más allá de los escándalos que lo alejaron del trono. Este respaldo a su abuelo, en detrimento del actual monarca, supone una clara priorización de los lazos personales sobre el deber institucional.

Juan Carlos I con su familia
Juan Carlos I con su familia

Priorizan a Juan Carlos I por delante del núcleo duro de la familia real

Felipe VI, por su parte, se encuentra en una posición delicada. Durante su reinado ha intentado imponer una imagen de transparencia y renovación para la monarquía, marcando distancia con los escándalos del pasado. Sin embargo, este apoyo público hacia Juan Carlos por parte de ocho miembros de la familia real pone en entredicho su autoridad y los esfuerzos por consolidar la institución.

El caso es especialmente preocupante porque las acciones de su familia inmediata parecen contradecir directamente los valores de modernidad y responsabilidad que Felipe VI intenta transmitir. A pesar de haber abierto nuevamente las puertas de Zarzuela a sus hermanas, este gesto no ha sido suficiente para garantizar su lealtad a su visión de la monarquía.

Mientras Juan Carlos sigue ejerciendo una notable influencia sobre una parte de su familia, Felipe VI se enfrenta al desafío de mantener la unidad familiar sin comprometer la credibilidad de la corona. Esta fiesta, más que una simple celebración, ha sacado a la luz las tensiones latentes entre la vieja y la nueva generación de la familia real, dejando a Felipe VI en una encrucijada que podría marcar el futuro de la monarquía.