El cuento de hadas entre el rey Felipe VI y la reina Letizia no va precisamente sobre ruedas. Antes de que el escándalo de los supuestos affaires entre la consorte y Jaime del Burgo saliera a la luz, ya se notaba que la llama del amor real no estaba en su mejor momento. Desde que Leonor y Sofía se independizaron, el síndrome del nido vacío les golpeó con fuerza. En lugar de recuperar el tiempo perdido, empezaron a llenar sus agendas de compromisos institucionales para no tener que compartir más tiempo de la cuenta en común.
Aunque el problema ya viene de lejos. Concretamente, desde que Letizia empezó a remover la casa real para mejorar la imagen de la monarquía y preservar el futuro reinado de su hija. La reina siempre ha querido mantener su espacio lejos de los Borbones, quienes no la han aceptado del todo en la institución. Y Letizia respondió a esta animadversión alejando a todo aquel que oliera a corruptelas y a quienes apoyaran a los que las cometían. Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, las infantas Elena y Cristina, Froilán, Victoria Federica… todos ellos fueron cayendo del círculo cercano de la familia real.
Las condiciones del divorcio entre Felipe y Letizia cambian cuando Leonor y Sofía sean mayores de edad
Pilar Eyre, en su blog de la revista Lecturas, desmenuzó las discusiones más sonadas de este matrimonio real. La etapa más dura fue durante el caso Nóos, con Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de por medio. Felipe y Letizia le dieron a Juan Carlos el ultimátum para que abdicara y ellos asumieron el papel de arreglar todos los desaguisados. En ese entonces, la reina se iba de juerga con amigos, la veíamos más por Barcelona que en palacio y hasta se plantó y dijo "no" a las vacaciones en Marivent. La relación tocó fondo.
La situación acabó con Felipe y Letizia al borde del divorcio en 2015, las condiciones del cual las negociaron antes de casarse. Dicen que el abogado de Letizia logró que Felipe firmara unos acuerdos muy favorables en caso de ruptura. Dos casas, una para invierno y otra para verano, y otras prebendas, como una pensión para toda la vida. No obstante, si Letizia decidía mandar todo al traste, perdería la custodia de sus hijas, Leonor y Sofía. Las niñas se quedarían con Felipe en la Zarzuela.
La reina Letizia nunca renunciará al trono
Sin embargo, no será lo mismo si dicho divorcio se produce cuando las hijas sean mayores de edad. Entonces las condiciones cambian. Porque si Leonor y Sofía son mayores de edad, Letizia ya no tendría que pactar con la casa real las condiciones de la custodia, como tampoco las ocasiones en que pueda verlas. Sería un asunto entre madre e hijas.
De todas formas, no es la potestad de las jóvenes lo que más ha preocupado a Letizia, sino el poder que le otorga el ser reina de España. La consorte hubiera pagado de su bolsillo para ostentar la posición que ocupa. Por eso, aunque la custodia de Leonor y Sofía ya no sería un problema en caso de ejecutar el divorcio dentro de 15 meses, cuando la infanta alcance la mayoría de edad (29 de abril), Letizia no aceptará el divorcio. Prefiere vivir como Juan Carlos I y Sofía, que hace años que no comparten vida matrimonial, antes de renunciar al trono.