Jaime del Burgo es una pesadilla para Felipe VI y Letizia. El navarro, que ha hecho pública su relación sentimental con la reina de España, antes y durante el matrimonio real, ha puesto sus vidas patas arriba. Desde el primer momento, la consigna ha sido clara: silenciarlo. Como si no existiera. Cosa realmente complicada, porque Del Burgo es un mamut en una habitación ínfima. Y a pesar de tener atados en corto a los principales medios de comunicación, diarios, revistas, teles y radios, siempre hay quien se escapa de su control. EN Blau, sin duda. Sin embargo, y por lo que vemos, el ego de Jaime no queda satisfecho, y refunfuña.
Del Burgo es un fantasma de lengua viperina para el establishment de la prensa española, aunque para ser considerado como una ectoplasma, la pupita que está haciendo es digna de mención. Los nervios en la Casa Real son evidentes, por no hablar de la deplorable relación conyugal que, actualmente, se respira en el Pabellón del Príncipe, residencia oficial de los monarcas. Se ha convertido en una obsesión. Y ejercer el control requiere esfuerzo, sufrimiento, y pasta. Mucha pasta. Jaime nos está costando una fortuna. Concretamente, 121.000€. Es la cifra que Zarzuela acaba de destinar para la adquisición de la prensa diaria, nacional e internacional, tradicional y digital. Toda ella. Que no se escape nadie.
El digital 'InfoBae' se hace eco de la licitación de dos años que la Casa Real acaba de firmar con una empresa proveedora:"El suministro de prensa escrita tanto nacional como internacional en formato papel en las instalaciones que se determinen de Madrid", y también durante los periodos estivales en el Palacio de Miravent, en Palma. Solo para Madrid están previstos 18.980 ejemplares de periódicos nacionales, 3.358 revistas semanales y mensuales y 5.110 ejemplares de diario internacionales. En lo que se refiere a digitales, la Casa Real prevé suscribirse a 84 muros de pago. Para cuando estén en Baleares, la cantidad de prensa prevista es de 2.652 diarios nacionales, 360 revistas y 588 periódicos internacionales". Han enloquecido.
Este gesto se puede interpretar de dos maneras: o Felipe premia la fidelidad de sus vasallos en los medios de comunicación afines, o al revés: intenta fiscalizar si alguien se sale de la línea y hay que tomar medidas. Por ejemplo, como las que acabaron con la renuncia de Jaime Peñafiel, correa de transmisión de Del Burgo, en el diario 'El Mundo'. Felipe quiere la prensa "todos los días del año, incluidos sábados, domingos y festivos. Quiere que los periódicos lleguen pronto, antas de las 7:30 horas y festivos antes de las 8:00". Si no cumplen las normas, aparte de cabrearse, irá sancionándolos. Y un detalle importante: "También debe tener la capacidad de suministrar números agotados". Manía total. El contrato es por dos años, pero parece difícil pensar que aguanten tanto tiempo con esta presión. No es sano. Y es carísimo. No como EN Blau, que es gratis. Y de calidad.