Por fin se calma el ambiente en la familia real. Tras más de un año de negociaciones, Cristina e Iñaki podrían haber llegado a un acuerdo satisfactorio de divorcio para ambas partes. El pasado mes de julio llegaron al punto más álgido. La tensión podía notarse en el ambiente, de hecho, en la graduación de Irene, en Ginebra, ni tan siquiera se saludaron. La infanta pidió al exduque de Palma un descanso en el mes de agosto para aliviar tensiones y recapacitar sobre la situación. El pasado fin de semana el todavía matrimonio coincidió con sus hijos en el último partido de balonmano del Granollers. Apoyaron a Pablo. La hija de Juan Carlos y el exjugador de balonmano se abrazaron y se besaron en la mejilla de forma cordial. Sus sonrisas denotaron una mejor relación entre ellos.

La infanta se sintió humillada y traicionada cuando se publicaron las fotografías de Iñaki con Ainhoa Armentia en la playa de Biarritz. Se enteró de la infidelidad como el resto de españoles. Por este motivo, Cristina no estaba dispuesta a ceder a las exigentes peticiones del exduque de Palma. No iba a mantener al padre de sus hijos, y mucho menos a su nueva pareja.

el beso de iñaki y cristina

Juan Carlos y Felipe obligan a Cristina a firmar 

Iñaki Urdangarin pediría 25.000 euros mensuales de por vida, dos millones de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que renunció, varias propiedades de la costa francesa, mantener sus escoltas y financiar los gastos relacionados con sus hijos. Vivir a cuerpo de rey. El exduque ha tenido que pedir dinero a sus amigos para pagar los cafés. Desde que salió de prisión no encuentra un trabajo estable con el que poder tener una vida acomodada y independiente. Juan Carlos I le pidió a Cristina que aceptase sus condiciones, él mismo se encargaría de afrontar todos los gastos. Sin embargo, la infanta no estaba dispuesta a que su padre tuviese que pagar a su todavía marido.

Infanta Cristina e Iñaki

El exduque de Palma culpa a Juan Carlos de todos sus males. Según éste, el emérito podría haberle salvado de prisión, pero alguien tenía que pagar para demostrar que la justicia es igual para todos. Amenazó a la corona con contar todo lo que sabe. Ha pertenecido durante más de dos décadas a la familia real y sabe muchas cosas. Si hablase podría crear un auténtico terremoto y terminar con la institución.

Felipe VI obligó a su hermana a zanjar de una vez por todas este asunto. Iñaki Urdangarin chantajeaba a la infanta con una supuesta infidelidad. Según él, su todavía mujer le habría engañado con otro hombre mientras estuvo en prisión, por ello ya no vivían juntos desde hace tiempo. "El considera que hubo 'infidelidades de Cristina mientras él se encontraba en prisión por el caso Nóos. Y aquí no lleva razón, igual que en otras sí...en este caso se equivoca", señalan fuentes conocedoras elcierredigital.com.