Juan Carlos I se ha puesto estas últimas semanas en el foco mediático. Su presencia en España no ha pasado desapercibida y algunos medios de comunicación han aprovechado la ocasión para dañar la corona. El emérito tiene demasiados frentes abiertos, por ello Letizia pidió a Felipe VI que exiliase a su padre muy lejos. Tenían que preservar su reinado, pero también garantizar el futuro de Leonor.
El marido de la reina Sofía levantó ampollas con la creación de una fundación en Abu Dabi para facilitar la herencia a las infantas Elena y Cristina y que de esta forma su millonario patrimonio no pase por la Hacienda Pública. Pero no es la única información que ha hecho temblar los cimientos de Zarzuela. También se ha comunicado que Juan Carlos habría concedido sus memorias a una periodista francesa, antes de finalizar el año se publicaría su libro en varios idiomas. Y esta última semana, una revista holandesa ha hecho públicas las imágenes que confirmarían las infidelidades de Juan Carlos a su mujer, la mayor humillación pública. Han salido a la luz las primeras fotografías de Juan Carlos y Bárbara Rey. En ellas se puede ver como el emérito besaba a la vedette en el balcón de su casa. Se sabía que existían estas imágenes, pero nunca se habían hecho públicas porque Casa Real había pagados miles de millones de euros por ellas. Bárbara tenía en casa unas copias.
El gran error de Juan Carlos: las mujeres
Desde hace décadas se sabe que una de las mayores perdiciones de Juan Carlos han sido las mujeres. El mayor error del emérito era enamorarse. Tenía una mujer en cada ciudad, pero hubo tres mujeres con las que mantuvo una relación duradera. Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayà. Con la empresaria alemana estuvo a punto de divorciarse de la reina Sofía para casarse con ella. Actualmente mantendría una relación con la mallorquina, aunque siempre han sido muy discretos. Por su parte, Marta nunca ha vendido al exmonarca por dinero, ha sido la pareja más fiel de todas.
Nunca se ha hecho público, pero vivirían juntos por temporadas en Abu Dabi. También cuando él vuelve a España. Su relación es una de las más discretas, y es que si saliese a la luz alguna prueba perjudicaría drásticamente a la corona, como ha sucedido con las imágenes de Bárbara Rey.
Marta Gayà y Juan Carlos suelen verse en Ginebra, donde pasan largas temporadas de forma discreta y privada. Era el punto de encuentro cuando el emérito aún vivía en España, aprovechaba que allí residía su hija Cristina y su nieta Irene, y con esa excusa volaba a Suiza sin levantar sospechas.
Felipe VI ya ha advertido a Juan Carlos I, no puede salvarle siempre, si sale alguna otra fotografía o vídeos con Marta Gayà, se acabó. No le va a dar más oportunidades, la corona es lo más importante, mucho más que la familia.