La familia real está para una sitcom. Los reyes Felipe VI y Letizia atraviesan una severa crisis desde hace tiempo, pero siguen simulando en público que todo es un mar en calma. Se han convertido en un equipo de trabajo que se limita a cumplir conjuntamente con los actos protocolarios e institucionales. Fuera de ello, distanciamiento total.

A su vez, Felipe lleva tiempo preocupado por su padre. Pero sabe que su imagen es totalmente prejudicial para la percepción pública de la monarquía y prefiere tenerlo lejos. Mientras tanto, la infanta Elena sigue siendo una devota absoluta de su padre, lo que provoca sentimientos encontrados en Felipe. Sabe que su hermana siempre cuidará de él y en el fondo le hace un favor, pero también que cualquier encuentro entre padre e hija es motivo de titulares en la prensa.

Luego está la infanta Cristina, que sigue en su guerra con Iñaki Urdangarin. El ex jugador de balonmano, según varias fuentes, habría pedido más dinero a su ex esposa a cambio de seguir guardando silencio sobre los secretos que conoce de algunos miembros de la familia real. Y Cristina no quiere pagar. Desde la casa real, sin embargo, le recomiendan que lo haga para evitar nuevos conflictos y más habladurías.

Por último, la reina emérita Sofía. La madre del rey Felipe VI está teniendo unos últimos años de su vida muy duros. Por un lado, por las rupturas que se han producido en la familia. Por otro, el empeoramiento constante de la salud de su hermana, Irene de Grecia. Son momentos difíciles para la ex monarca.

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Navidad por separado

Ante este panorama, se presentan unas fiestas navideñas movidas en la monarquía. Unas fechas que nada tendrán que ver con las de hace unos años, cuando nadie hablaba de los escándalos de la corona y Zarzuela era el centro de encuentros donde se reunían más de 50 personas en las fechas señaladas. No, aquellos festivales de derroche se terminaron.

Por el contrario, se viene una Nochebuena muy fría en palacio. Y es que la familia, fracturada, estará desperdigada en varios lugares.  Por un lado se reunirán Felipe VI, Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía, Paloma Rocasolano, madre de Letizia, y Marcus Brandler, en el Pabellón del Príncipe. Por otro, Sofía e Irene cenarán en sus dominios de Zarzuela. La reina emérita se encontrará con Felipe en la misa del gallo que se celebra en la capilla de palacio.

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Felipe VI manda un aviso a Juan Carlos I

Pero para encontrar al resto de la familia hay que ir a Ginebra. Allí estará la verdadera fiesta.  Juan Carlos I ha reservado una planta entera en el hotel Four Roses y ha invitado a sus hijas, a sus nietos Juan, Miguel, Pablo, Irene, Victoria Federica y Froilán, y a sus respectivas parejas. Elena y Cristina estarán seguro. Está por ver si acuden todos sus nietos.

Al margen de ellos, también estará Marta Gayá, una de las amantes por excelencia del rey emérito. Una presencia que ha requerido la intervención de Felipe. El rey sabe que su padre no cambiará y que seguirá manteniendo amantes aquí y allí. Sin embargo, le ha pedido discreción absoluta. Que bajo ningún concepto se deje ver con su novia en Navidad. Sería un nuevo foco de conflicto y no está ahora mismo el horno para bollos.

Marta Gayà