Los reyes de España Felipe VI y Letizia no han parado ni un momento esta semana, con una agenda que no da tregua. Entre viajes, recepciones y cenas, han estado en Valencia para un homenaje a las víctimas de la DANA y, sin apenas tiempo de respirar, los monarcas se trasladaron en su jet privado a Italia. Allí, además de visitar la Real Academia de España en Roma y reunirse con la Asociación de Hispanistas Italianos, han protagonizado uno de los momentos más comentados en su paso por el Palacio de Quirinal.
Todo iba bien hasta la esperada cena de gala, organizada por el presidente de Italia, Sergio Mattarella. Letizia, como siempre, deslumbró con su elegancia. Esta vez eligió un vestido negro de Max Mara y complementos que no pasaron desapercibidos, como las pulseras gemelas del lote de pasar y unos pendientes espectaculares de la firma De Grisogono. Sin embargo, su look perfecto no fue suficiente para evitar que la velada terminara con un pequeño incidente.
La reina Letizia se marcha antes de tiempo de la cena de gala en Italia
La reina Letizia lleva tiempo lidiando con un problema de salud en los pies: el neuroma de Morton. Este trastorno le causa un dolor intenso cuando pasa muchas horas de pie, algo que en una semana tan intensa como esta resulta difícil de manejar. Aunque intentó aguantar durante la cena, llegó un punto en que no pudo más. En lugar de quedarse hasta el final, decidió abandonar la velada antes de tiempo, dejando a Felipe VI solo frente a los invitados.
La salida repentina de Letizia no pasó desapercibida, y en una cena de gala tan formal, romper el protocolo siempre genera comentarios. Algunos comensales quedaron visiblemente sorprendidos y, según se comenta, el propio Felipe tuvo que disculparse por la ausencia de su esposa. Con un tono amable y cercano, explicó que su retirada se debía al problema médico que padece, pero el momento ya había quedado registrado entre los asistentes.
No es la primera vez que algo así ocurre. En un evento reciente en los Países Bajos, Letizia también abandonó una cena oficial antes de lo previsto por el mismo motivo. Aunque su dolencia es comprensible, estas situaciones ponen a Felipe en una posición incómoda, teniendo que gestionar las reacciones de los invitados y asegurar que todo siga en orden. Eso sí, nadie puede negar que el rey tiene una habilidad especial para mantener la compostura en momentos delicados.