En la familia real española, las normas tradicionales han dictado siempre el comportamiento de sus miembros. Sin embargo, Victoria Federica, la hija de la infanta Elena, ha decidido romper con estas reglas.
A diferencia de otros miembros de la familia que han mantenido un perfil bajo y discreto, ella ha elegido convertirse en una influencer de gran visibilidad, un paso que se aleja por completo de las expectativas reales. Mientras que la monarquía ha exigido siempre una conducta más comedida, Victoria ha buscado protagonismo y una carrera mediática, siguiendo los pasos de su prima María Zurita, quien ya había desafiado la tradición al participar en programas de televisión como Mask Singer y MasterChef.
Victoria Federica incomoda demasiado a la casa real
El deseo de Victoria de mantenerse en el ojo público ha aumentado las fricciones en la Casa Real, sobre todo entre el rey Felipe VI y la reina Letizia. Desde hace tiempo, ambos han intentado influir sobre la infanta Elena para que su hija reduzca su exposición mediática, preocupados por el impacto que esta visibilidad tiene en la imagen de la familia.
Victoria, a pesar de las advertencias, ha seguido adelante con sus planes, consolidándose como una figura pública con una creciente presencia en redes sociales y medios de comunicación. A pesar de las sugerencias de trasladarse a ciudades como Londres, Milán o Nueva York, donde podría haber desarrollado una carrera fuera de la atención mediática española, la joven optó por quedarse en Madrid, cerca de sus amigos y familia, lo que ha generado aún más tensiones.
El creciente protagonismo de Victoria ha sido un dolor de cabeza para la Casa Real, que siempre ha buscado evitar conflictos públicos. Consciente de la situación, la joven ha dejado entrever que, si no cesan las restricciones hacia ella, podría revelar detalles delicados sobre la dinámica interna de la familia real, lo que le ha dado cierta autonomía en sus acciones.
Quieren que siga los pasos de Froilán mudándose al extranjero
Como medida de control, Felipe VI y Letizia habrían solicitado a la infanta Elena que interviniera para frenar las actitudes de su hija. A modo de solución, se le ha ofrecido a Victoria una compensación económica considerable, con la condición de que se retire a un segundo plano mudándose temporalmente al extranjero.
En este sentido, se conoce que Vic siempre ha querido ir a vivir a Los Ángeles. Y quieren que retome las intenciones que tuvo en el pasado. En cualquier caso, viene a ser una medida parecida a la que se tomó con Froilán. Este acuerdo, presentado como una salida a las constantes tensiones familiares, podría ser la última jugada de la Casa Real para proteger la imagen de la institución.