La relación entre Felipe VI y su padre, el rey emérito Juan Carlos I, ha estado marcada por tensiones constantes en los últimos años, especialmente tras el exilio del monarca en Abu Dabi en 2020. Ahora, esas tensiones han alcanzado un nuevo punto crítico debido a la posible filtración de grabaciones comprometedoras realizadas en Ginebra, las cuales podrían poner en jaque la estabilidad de la Corona española.
Desde su residencia en Abu Dabi, Juan Carlos ha manifestado repetidamente su deseo de regresar a España, un sueño que se torna cada vez más improbable. Las visitas regulares del emérito a Sanxenxo, en Pontevedra, han sido objeto de críticas, pero lo que realmente preocupa al actual monarca son las nuevas amenazas a la imagen pública de la Casa Real. En concreto, Felipe VI ha advertido a su padre que debe actuar con urgencia para evitar que las grabaciones y fotografías tomadas en Ginebra salgan a la luz.
El regreso definitivo a España de Juan Carlos I podría depender de unas imágenes tomadas en Ginebra
Entre los escándalos recientes que han sacudido a la familia real, las imágenes con Bárbara Rey, una de las mujeres más vinculadas sentimentalmente al emérito, han generado un gran revuelo. A pesar de los esfuerzos millonarios realizados en el pasado por ocultar estas pruebas, acabaron filtrándose y reavivando las críticas hacia el comportamiento de Juan Carlos. Ahora, la preocupación se centra en las grabaciones de Ginebra, que, según fuentes cercanas, podrían tener un impacto aún mayor debido a su contenido delicado.
La ciudad suiza ha sido durante mucho tiempo un lugar clave para los movimientos del emérito. En el pasado, Ginebra servía como excusa perfecta para visitar a su hija, la infanta Cristina, y a su nieta Irene, mientras mantenía encuentros privados con Marta Gayà, su pareja más discreta. Esta relación, aunque menos conocida, es una de las más duraderas de Juan Carlos. Sin embargo, cualquier prueba visual que la confirme podría causar un daño irreparable a la reputación de la monarquía.
Unas imágenes con Marta Gayá que podrían condenarle a un exilio eterno
Felipe VI ha sido claro con su padre: no puede seguir protegiéndolo indefinidamente. Según se ha informado, el actual rey ha insistido en que Juan Carlos debe hacer lo necesario para contener esta posible filtración, ya que la corona está en juego. Felipe ha dejado claro que, si estas grabaciones salen a la luz, no habrá segunda oportunidad. La estabilidad de la institución que representa es, para él, mucho más importante que cualquier vínculo familiar.
El papel de Marta Gayà en esta historia añade un matiz interesante. Aunque siempre ha mantenido un perfil bajo y nunca ha vendido información sobre su relación con el emérito, los encuentros entre ambos en Ginebra se han convertido en un foco de atención. La publicación de fotografías o vídeos que los involucren no solo afectaría a Juan Carlos, sino que también sería un golpe directo a la percepción pública de la Casa Real.