La reina Sofía está atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida. A sus 86 años, las malas noticias han sido una constante, y los últimos dos años han estado marcados por la pérdida y el sufrimiento. En este tiempo, ha asistido a más funerales que celebraciones, despidiéndose de personas muy cercanas a ella. Uno de los golpes más duros llegó a principios de 2023, cuando su hermano Constantino falleció debido a un derrame cerebral. Poco después, su hermana Irene fue diagnosticada con Alzheimer en un estado muy avanzado. Su deterioro es evidente, y en sus últimas apariciones se la ha visto en silla de ruedas, con la mirada perdida y un aspecto muy desmejorado.
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En medio de esta situación, la reina Sofía se siente cada vez más sola, especialmente debido a la fractura en su familia. Desde que el caso Nóos y las controversias en torno a Juan Carlos I salieron a la luz, Felipe VI se vio obligado a marcar distancia con los Borbón. Sin embargo, decidió mantener a su madre con algunas funciones dentro de la institución, mientras que el resto de los familiares perdieron tanto sus responsabilidades oficiales como los beneficios económicos que recibían.
Preocupados por su estado de salud, Felipe VI y sus hermanas, Cristina y Elena, han intentado apoyarla en estos momentos complicados. En los últimos meses, la reina Sofía ha mostrado signos evidentes de debilidad y ha sufrido varias caídas, requiriendo asistencia constante de su equipo de apoyo. Felipe VI ha abordado este tema con su madre y le ha sugerido que deje de lado sus obligaciones para que pueda disfrutar de un descanso en sus últimos años. No obstante, para ella, continuar con sus funciones dentro de la corona es su única fuente de felicidad y sentido de vida.
La reina Sofía quiere a toda la familia unida
Su médico ha advertido que podría estar desarrollando un cuadro depresivo, motivo por el cual ha solicitado a sus hijos que la acompañen y busquen maneras de mantenerla distraída. La reina Sofía es plenamente consciente de que su tiempo es limitado debido a su avanzada edad. Piensa a menudo en la muerte, pero no la teme. De hecho, ya ha dejado por escrito sus últimas voluntades: desea ser incinerada y que sus cenizas sean esparcidas en el mar Egeo, el lugar donde nació y al que siente como su hogar.
Además, tiene un último anhelo antes de partir: reunir a toda su familia por última vez, en armonía y sin conflictos. En particular, desea ver juntos a sus ocho nietos, algo que no ha sido posible durante la última década debido a la negativa de la reina Letizia de permitir que Leonor y Sofía compartan tiempo con sus primos. Este deseo refleja su anhelo de unidad familiar en sus últimos años de vida.
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