La Nochebuena es el punto de partida de las festividades navideñas en buena parte del Estado. En todas partes menos en Catalunya, donde celebramos Sant Esteve el 26 en vez de la víspera del 25. Ahora bien, en Catalunya y en España compartimos una única cosa: que si pones el televisor hacia las 21:00 horas, en la mayoría de los canales encuentras la misma retransmisión: la del mensaje especial del rey Felipe. Café para todos, y tal. Hay quien grita "paren máquinas" cuando el Borbón empieza su discurso; también quien desenchufa el aparato no fuera que se apareciera en la pantalla. También los que son masoquistas y lo ven aún a sabiendas que será soporífero, casposo, vacío, cutre. También polémico, por lo que dice o deja de decir el Jefe del Estado. El de 2022 no ha sido una excepción.
Felipe VI está muy preocupado por la división entre sus súbditos por motivos políticos. Alerta del riesgo de destrucción de las instituciones, de su erosión, del camino inexorable hacia el abismo. Quiere que todos vayamos a una. A la suya, claro. Quiere arrejuntar a la familia españolista, como tantas veces ha hecho a lo largo de su reinado. La mala noticia para él es que en esta ocasión no hay indepes a quién culpar de todos los males y de la desafección a la patria. El problema lo tienen los principales partidos, PSOE y PP, aparte de los extremistas ultras que incendian la convivencia. Fuego amigo, vaya.
El seguimiento del discurso navideño del rey pincha en Catalunya
El seguimiento del discurso del monarca ha vuelto a evidenciar aquello que el Centro de Investigaciones Sociológicas hace años que no quiere preguntar a la ciudadanía: que el rey y la institución cada vez interesan menos. Sí, de acuerdo, quizás en España todavía salva los muebles, aunque estaría bien saber cuántos del 76'4% de los que miraban la tele son fans de la Corona y cuántos no. Lo que es innegable es que en determinadas zonas del Estado este interés es menguante. En el País Vasco no llega al 50%, en Catalunya todavía menos: 36'5%. No interesa ni para criticarlo. El político de Junts y ex preso político Josep Rull ofrece los datos y concluye "no hace falta decir mucho más".
El vídeo viral que ridiculiza a Felipe VI, eclipsado por el auténtico rey
Entre las respuestas a Rull, eso sí, destacaremos una. Un vídeo viral, concretamente. Una versión que no salió por pantalla, pero que ojalá que así hubiera sido. Este sí que arrasaría en Catalunya. Y en España. Y en medio mundo, empezando por Argentina. Felipe VI acaba ridiculizado por el auténtico rey: Leo Messi. Sí, su corona es futbolística, pero vale más que el trono español. Messi eclipsa a Felipe interrumpiendo su alocución, y lo hace con su frase más célebre. El "qué mirá, bobo, anda p'allá" que espetó mientras ofrecía la entrevista posterior a la dramática victoria de la albiceleste contra Holanda en cuartos de final del mundial de Catar. El destinatario era Wout Weghorst, goleador oranje y que supuestamente había faltado el respecto al '10'. Ahora sirve para interpelar al monarca español. Desternillante. El autor de la parodia dice: "Tremendo lo del discurso del rey". Un motivo más para los Ronceros y compañía de su odio a Leo.
Queremos votar. ¿Quién es el rey, Messi o Felipe? Zarzuela tiembla.