El rey Felipe VI se encontró en una situación incómoda y llena de tensión durante una reciente visita a la casa del cantautor Joaquín Sabina. El monarca, que acudía acompañado por la reina Letizia, fue testigo de un episodio que, según fuentes cercanas, le llevó a querer abandonar el lugar de inmediato.

La velada en casa de Joaquín Sabina se planteaba como una reunión distendida, con la presencia de algunos amigos cercanos del cantautor y miembros del entorno cultural y político. Sin embargo, lo que debía ser una noche de charla amena y buen vino se convirtió en un escenario de incomodidad para el jefe del Estado.

Joaquín Sabina GTRES
Joaquín Sabina GTRES

De acuerdo con testigos del evento, la tensión comenzó a elevarse cuando Letizia, en su ya conocida actitud desinhibida en ciertos círculos, comenzó a bromear sobre la posición de la monarquía en la sociedad actual. Entre risas y comentarios irónicos, la reina habría mencionado cómo "los tiempos cambian" y cómo "la bandera no lo es todo", en clara referencia a la simbología monárquica y al papel de Felipe VI en el país.

Felipe VI, molesto y avergonzado

El momento más crítico llegó cuando, según fuentes presentes en la reunión, se sacó una bandera republicana en el contexto de una conversación sobre la historia política de España. Si bien el gesto pudo haberse interpretado como un guiño a la diversidad de opiniones entre los asistentes, el rey no lo vio con buenos ojos. Su expresión cambió drásticamente, mostrando visible incomodidad.

Letizia y Felipe VI
Letizia y Felipe VI

Fuentes internas afirman que Felipe VI susurró a uno de sus asistentes su deseo de retirarse cuanto antes, sintiéndose "fuera de lugar" y "humillado" por la situación. La reina Letizia, lejos de intentar suavizar el momento, siguió la conversación con naturalidad, lo que incrementó la tensión entre la pareja real.

Letizia, desatada y natural

No es la primera vez que la reina Letizia genera incomodidad en eventos donde la monarquía no es el centro de atención. Su origen como periodista y su ideología más cercana a los valores republicanos han sido motivo de comentarios a lo largo de los años. Sin embargo, en esta ocasión, su actitud resultó especialmente difícil de digerir para su marido, quien sintió que se encontraba en una posición incómoda y desprotegida.

Tras el incidente, la Casa Real ha evitado hacer comentarios, mientras que fuentes próximas a Sabina aseguran que todo se trató de una charla animada sin intención de incomodar al Rey. Sin embargo, la tensión entre Felipe VI y Letizia vuelve a quedar en evidencia, alimentando los rumores sobre sus diferencias personales y políticas.

Lo que debía ser una noche de cultura y camaradería terminó con un monarca visiblemente afectado y una reina más libre que nunca en un ambiente donde parecía sentirse en casa.