El matrimonio de Felipe y Letizia está más que consolidado. Este año han celebrado sus 20 años de amor, y en 2024 harán lo propio con sus 20 años de casados. Nadie apostaba por esta relación, pero finalmente demostraron que estaban hechos el uno para el otro. Sin embargo, el matrimonio de los reyes estuvo cargado de obstáculos. Juan Carlos y Sofía nunca quisieron a la pareja de su hijo. Era una plebeya, divorciada de su profesor de instituto, de padres divorciados, agnóstica, republicana, periodista. Los eméritos obligaron a su hijo a romper con ella, pero éste se plantó y amenazó con abandonar el trono para poder vivir con ella libremente. Como ejemplo tenía el matrimonio de sus padres y no estaba dispuesto a ser toda su vida un infeliz ni engañar a su mujer, por ello quería casarse con alguien que amase de verdad. Después de Isabel Sartorius y Eva Sannum llegó Letizia con z.
Se comprometieron a finales de 2003 y se casaron en mayo de 2004. Entre ellos meses estipularon las capitulaciones matrimoniales. En 2013, una gran crisis en el matrimonio estuvo a punto de divorciarles. El caso Nóos, Iñaki Urdangarin y Juan Carlos, el verdadero culpable de la crisis entre ambos, desestabilizaron la relación. Ya con Leonor y Sofía en el mundo, la reina amenazó con marcharse de Zarzuela, sin embargo Felipe le paró los pies recordándole una cláusula del divorcio, no podría llevarse a las niñas, se quedarían en Zarzuela con él, ella solo podría visitarlas en días estipulados.
Letizia garantizó su futuro en el divorcio
No es la única cláusula que figura en el divorcio. Letizia aseguró su futuro. Según Pilar Eyre, todos los desacuerdos entre Felipe y Letizia han surgido a causa de la familia Borbón. La crisis más significativa en su matrimonio se experimentó durante el caso Nóos, cuando la corona estaba en una situación precaria. La reina culpaba a su esposo por todo, generando una tensión máxima. En ese momento, Letizia estuvo al borde del divorcio, pero los asesores de Zarzuela intervinieron rápidamente por solicitud del rey. Este le recordó a la reina las cláusulas acordadas en sus capitulaciones matrimoniales. En caso de divorcio, perdería el contacto con Leonor y Sofía, ya que las niñas permanecerían en Zarzuela bajo la custodia de Felipe. Ante la posibilidad de perder a sus hijas, la reina reconsideró la situación y le dio una segunda oportunidad a su esposo.
Antes de contraer matrimonio, Letizia y Felipe firmaron cláusulas específicas que establecían el protocolo a seguir en caso de una crisis matrimonial. En caso de divorcio, Letizia aseguró su futuro al expresar su deseo de retomar su carrera como periodista, profesión que abandonó al convertirse en princesa de Asturias. El exabogado de la reina, David Rocasolano, filtró este contrato, un dossier de 50 páginas. En el caso de un divorcio, Letizia recibiría una asignación económica mensual vitalicia de los Presupuestos Generales del Estado, en calidad de madre de la futura Jefa de Estado, Leonor. También tendría a su disposición dos residencias oficiales, una para el verano y otra para el invierno, además del personal de servicio necesario. Sin embargo, en la actualidad, Letizia podría perder la custodia de su hija, la infanta Sofía, aunque Leonor, al ser mayor de edad, permanecería en Zarzuela.