Felipe VI siempre ha sido un hombre muy atractivo. Cuando tenía la edad de su hija mayor era todo un seductor, todas las mujeres iban detrás de él. Apuesto, alto, ojos azules, rubio y sangre azul. En los momentos privados, el monarca siempre luce ropa cómoda, como jerséis y tejanos, pero cuando debe acudir a un acto institucional siempre luce trajes, con su americana y en la mayoría de ocasiones incluso corbatas.
Sin embargo, para ser rey de España hay muchos que le han criticado duramente en sus apariciones. Se han fijado en los más minuciosos detalles, como por ejemplo, cuando apareció con la mano repleta de heridas o con tiritas, el monarca padece un trastorno denominado onicofagia, moverse las uñas de forma compulsiva, algo que aumenta en periodos de estrés, ansiedad o tensión. Puede ser algo común en muchas personas, pero este problema genera algunos secundarios como problemas en los dientes, deformaciones en la cutícula e infecciones.
En más de una ocasión, Felipe ha aparecido en algún acto institucional con tiritas en los dedos o con heridas provocadas por este mal hábito. Sin embargo, algunos expertos, al analizar las imágenes van más allá y aseguran que no se muerde las uñas, sino la piel, lo que se llamaría dermatofagia. Debería acudir a un especialista para que le ayudase a poner fin a este desorden que molesta tanto a Letizia porque da muy mala imagen.
Felipe VI tiene pánico a los dentista, no se cuida su higiene bucal
Mientras la reina cuida hasta el más mínimo detalle, Felipe VI no presta tanta atención a su vestimenta ni tampoco a su físico. Por un problema de familia, hay meses en los que ni tan siquiera se afeita. Pero tampoco se lava los dientes de forma asidua. El padre de Leonor y Sofía nunca ha probado el tabaco, aún así sus dientes están bastante amarillentos y dañados. El rey tiene un miedo atroz a acudir al dentista y es algo que deja de lado.
En algunas de las fotografías de Felipe VI cada vez que sonríe se le ha podido ver algún alimento incrustado entre los dientes, una imagen que un monarca no debería dar en público. El marido de Letizia también padece de mal aliento. Jaime Peñafiel se ha fijado mucho en la dentadura de Felipe VI. Con los dientes amarillos y amontonados. "Le falta más luz y color y su sonrisa a veces parece fría y apagada por culpa de unas piezas dentales de diferente color. Lo más recomendable sería una ortodoncia invisible para corregir esa leve malposición o apiñamiento y un posterior blanqueamiento o carillas de porcelana, ya que se ven algo amarillos”. Y además, el experto en Casa Real recuerda el mal aliento que desprendía Felipe cada vez que hablaba delante de él. Sufre halitosis, una enfermedad que también habría heredado Leonor, por ello se lava la boca con mucha frecuencia.