Felipe VI hizo caso a la estrategia de Letizia de alejarse completamente del apellido Borbón y de la imagen de Juan Carlos I. El emérito ha dado demasiados quebraderos de cabeza a los actuales reyes en los últimos años, hasta el punto de decidir exiliarle a Abu Dabi. Ya en 2014 se le obligó a abdicar después de sus últimas polémicas con la corona en la línea roja. El malestar de la ciudadanía era más que evidente y había que darle un giro de 180 grados. Aunque al monarca le costó mucho tomar esas decisiones y aceptarlas, no le quedó más remedio, por el bien de su reinado, pero también por el futuro de sus hijas. Leonor y Sofía ya no se relacionan con la figura del exmonarca.
Juan Carlos I permanece en el exilio desde agosto de 2020, pronto cumplirá cinco años en Abu Dabi. A miles de kilómetros de España, aunque sus visitas a su país cada vez han sido más frecuentes, siempre y cuando se aleje del foco mediático. El exmonarca ha recibido alguna reprimenda por parte de Felipe VI en los últimos años por su comportamiento.
Felipe VI quiere proteger la imagen de la reina Sofía de las humillaciones de Juan Carlos I
Casa Real se ha desvinculado totalmente de Juan Carlos I, por lo menos públicamente. Pero de forma privada, Felipe VI no ha dejado de compartir tiempo con su padre. Se han producido viajes discretos, extraoficiales, que no han figurado en la agenda institucional de los monarcas. También Leonor y Sofía han visto a su abuelo a pesar de todo lo que se ha dicho, aunque es cierto que menos que antes.
Felipe VI aprovecha algunos de sus viajes de Estado internacionales para reunirse con su padre fuera de España. Hace unos meses le visitó en Abu Dabi para hablar seriamente con él de las últimas polémicas. Juan Carlos se enfada porque siempre que le visita es para echarle en cara algo.
En esta ocasión vivieron una tensa reunión de hasta cuatro horas, fue el momento en que Felipe VI le prohibió que viajase a España en Navidad como estaba previsto. Después de la polémica con Bárbara Rey y la humillación a la reina Sofía no se lo iba a permitir. Fue el monarca quien pidió a su padre que actuase para toda la polémica que se formó ante las fotografías cesase. La emérita todavía forma parte de Casa Real y no quería que nada les salpicase.
Es por ello que cuando salieron las fotografías, Felipe VI quiso otorgarle a su madre el Toisón de Oro, que por las consecuencias de la DANA lo recibió la semana pasada. Es un acto simbólico para reconocer públicamente "su dedicación y entrega al servicio de España y de la Corona”. Con esta estrategia la protege de Juan Carlos I y limpia su imagen.
