La tournée por Girona de la princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía, está llamando la atención por muchos detalles. Uno de los más comentados y criticados es el vestuario y el look de las hijas de los reyes, una oda a la naftalina hortera y rojigualda. Letizia, encargada de los outfits en Zarzuela, se ha lucido. Un desastre. "Opusinas", "chonis", "viejunas". Vaya repaso. La peor parada es Leonor, a punto de cumplir 18 años pero secuestrada por la matriarca. Al día siguiente del desastre alguien ha recapacitado o se ha puesto las gafas del serca, escogiendo unos vestidos azules y veraniegos mucho más discretos y acordes con su edad. Pero hay otro aspecto que chirría desde ayer, y fue el encuentro con el chef Ferran Adrià.

La comitiva real visitó elBulli1846, el museo del cocinero catalán ubicado en Roses, donde estaba el mítico templo de la gastronomía mundial que cerró sus puertas en 2011. Adrià ha hecho de cicerone, explicando la historia del local y el concepto de su nueva etapa. Está muy bien, pero hay quien considera este acto como una muestra más de cómo de alejada está la Casa Real de la realidad, del pueblo, de la normalidad. Adolescentes de élite visitando a otras élites, este es el resumen. Sí, la marca El Bulli es enorme y la huella indiscutible. Pero si es la principal preocupación de la monarquía en una ocasión como esta, en la primera visita oficial de Leonor y Sofía a la ciudad, pues queda todo dicho.

Leonor Ferran Adrià EFE
Leonor con Ferran Adrià / EFE

Ferran Adrià incómodo y presionado durante la visita de Leonor y Sofía

Hay que decir, sin embargo, que en la Zarzuela había más inquietudes durante el recorrido de las herederas. Y las transmitieron en vivo a los protagonistas principales del acto, al chef y sherpa Adrià y a las dos Borbón. Ferran Adrià ofrecía unas declaraciones a los medios reunidos en la Cala Montjoi y acababa revelando el secreto de la visita. Uno que no deja bien a la institución, y que habla de cuan de antinatural es la agenda de estos días. En vez de apostar realmente por ElBulli1846 y dejar que las hijas de los reyes disfrutaran totalmente de la experiencia, había alguien con el bastón dando toques, metiendo caña, fastidiando y multiplicando la sensación de trámite y exhibicionismo vacío. Adrià lo explica con claridad meridiana y unas muecas que lo dicen todo: "Yo tenía que llevarlas porque se quedaban y tal y la Casa Real me decía que nos tenemos que ir". Un paripé, una charada.

La Zarzuela trata a las hijas de Felipe y Letizia como marionetas

Ferran aseguraba que las jóvenes acabaron muy contentas, que tenían interés real por todo aquello que vieron, oyeron y vivieron. Ahora bien, a duras penas recordarán demasiado, porque cuando alguien te mete prisa y te dice que te tienes que marchar constantemente, la atención baja a niveles mínimos. Acabas poniendo al piloto automático y deseando que la tortura acabe cuanto antes mejor. Total, que la imagen de marionetas de las hijas de Felipe y Letizia es brutal: disfrazadas, obligadas y presionadas. Y todo un Ferran Adrià haciendo de monitor de campamentos de niñas pijas. Qué desbarajuste.

Ferran Adrià Leonor Sofia EFE
Ferran Adrià con Leonor y Sofía / EFE

Veremos cuándo lleguen a la mayoría de edad, si revientan y se plantan o continúan con la tradición familiar de hacer el ridículo. Será interesante.