No falla. Cada año que se celebra Fitur, la presencia de Felipe y Letizia alborota al personal. Y no solo eso, también provoca algunos quebraderos de cabeza, aglomeraciones, cortes para que pasen, cordones de seguridad y quejas. Sí, también hay muchos monárquicos que se pellizcan emocionados por ver a sus reyes a un palmo de narices, pero también son muchos a los que les incomoda la presencia monárquica en la apertura de la Feria Internacional de Turismo que ha tenido lugar en Madrid, este año, "una inauguración un poco gris, como el día, y marcada por el caos y las multitudes". Un año más, Fitur no se ha ahorrado que haya habido "más quejas que halagos de los asistentes", según la revista Vanitatis. "No es una convocatoria agradecida ni agradable para la prensa. Esa multitud de profesionales de la prensa ha traído algún que otro problema, con algunos rifirrafes y situaciones incómodas de las que hasta los propios Reyes se daban cuenta".

La parejita, dejándose ver y paseando por los diferentes estands de la feria, una cita que incómoda tanto a la prensa ("Letizia hacía un gesto a algunos de los fotógrafos para indicarles que entendía lo difícil que estaba siendo la mañana") como a los visitantes, porque tal como menciona la citada publicación, de vez en cuando ven "cortados algunos trayectos entre pabellón y pabellón debido a la presencia de los Reyes. Así que no todos los que pisaban este miércoles Fitur estaban especialmente contentos con la visita real". Y muchos, sin tener ni pajolera idea de la presencia del Borbón y la asturiana. Durante una hora, Felipe y Letizia camina que caminarás, arriba y abajo de los pabellones, con paradas en diferentes expositores de las diferentes comunidades autónomas españolas o de países como Brasil y Marruecos.

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Letizia y Felipe, en Fitur GTRES

Paradas rápidas la mayoría, como una visita al hospital, pero en algún momento la cosa se ha ido alargando. A veces, por motivos de peso, emotivos, como cuando les han entregado un cuadro con la bandera valenciana creada con la técnica de trencadís, de manera artesanal por miembros de la fundación Espurna, entidad dedicada a la atención de personas con discapacidad intelectual, para agradecer a los reyes la implicación con los afectados de la DANA.

Pero en otros momentos se ha vivido alguna escena fea. Por ejemplo, en el espacio de Aragón, con un gran reclamo, un enorme dron que captaba la atención de los reyes, especialmente de Letizia, que no paraba de hacer preguntas, interesada... Según Felipe, demasiado. Porque ante el retraso, había que activarse, y para hacerlo, a Felipe no se le ha ocurrido nada más que interrumpir a su mujer y la conversación que estaba manteniendo, con un "nos tenemos que ir", que ha hecho que Letizia dejara de preguntar. La jeta de Felipe ha llegado después, cuando después de interrumpir a su mujer ha sido él el que ha tenido las santos narices de alargar el recorrido y ralentizar la agenda. ¿Cuándo? Cuándo era él mismo el que se saltaba el guion y les avisaba el jefe de protocolo. Felipe ha salido del grupo para saludar con mucha familiaridad a un visitante, el actor Juan Carlos Delgado, que interpreta al bandolero 'El Tempranillo' en diferentes producciones y espectáculos, a quien conoce mucho. ¿Y qué ha hecho entonces Letizia? Ya que él hacía lo que le salía del moño, ella también, y ha aprovechado para hacerse un selfie con otros visitantes. Entonces sí, a ella sí, el jefe de protocolo le ha dicho que tenían que continuar el camino.