Letizia tenía razón. Nada bueno podría salir de una imagen de su hija Leonor con alguno de sus primos. La única línea roja que le queda a Letizia es mantener aislada a la princesa de esta corte de zánganos, vividores e insensatos que constituye la tercera generación viva de los Borbones, los hijos de Cristina y Elena. La última prueba acaba de suceder. Boda de una prima lejana Borbón. Nada justificaba la presencia de la Familia Real excepto que el novio es el alcalde de Madrid y que la imagen de Letizia está hundida. Los Borbones expulsados de Zarzuela no desperdician ninguna oportunidad para sacar la cabeza en la prensa rosa, aunque sea una boda muy menor desde el punto de vista aristocrático. En el momento que Juan Carlos dijo que iría se apuntaron el resto: Cristina, Elena, Juan Urdangarin (el mismo que no fue a Madrid por los 18 años de Leonor pero sí para esta boda), Vitoria Federica, otra que se negó a venir para el acto más importante de la princesa, y oh sorpresa: Froilán en una fiesta.
Mientras alguna prensa pelota insiste en llamarlo Felipe, que es legalmente su primer nombre, todo el mundo sabe que Froilán, como lo conoce todo el mundo, es la oveja negra de la casa. Y el título estaba muy competido. Después de un año y medio en Abu Dhabi nada ha cambiado. Se tuvo que marchar después de protagonizar un barrido policial en un after ilegal de Madrid donde consumía lo que había el sobrino del rey Felipe, un antro con cocaína rosa, armas blancas y menores de edad. Un desastre que acabó con Froilán de residente fiscal en los Emiratos para poder gestionar la fortuna del abuelo corrupto. Se marchó por los afters ilegales y ¿qué ha hecho al volver para la boda de Almeida? Acabar en un after ilegal en un polígono industrial de Leganés a las 11 de la mañana del domingo y, por más ridículo, delante las cámaras de Telecinco. El programa Socialité lo persiguió saliendo de la boda y tuvieron la paciencia de esperarse que saliera del after. Eran las 11 de la mañana del domingo, 24 horas después del inicio de la boda de Almeida que fue el mediodía del sábado. Froilán ya no iba vestido de boda sino con zapas blancas, un chándal y una sudadera negros y estado deplorable. Subió al taxi que la esperaba, una furgoneta de Cabify, para ir a casa de su padre que este mismo domingo cumplía 61 años. ¿En qué estado recibió Jaime de Marichalar a su hijo? Así:
Estas dos imágenes, Froilán entre polígonos de Mundo Asia y bazares chinos, con el cielo cubierto de telarañas como su cerebro, sudado, sin dormir, vestido de quinqui y camino de la fiesta de cumpleaños de su padre implica dos cosas: que el primer sobrino de Felipe es un irresponsable, hunde la imagen de la Familia Real, y que se pasó 48 horas sin dormir: tenía todo el domingo por delante con la comida familiar de los Marichalar. Todo el mundo sabe que una boda es agotadora, después un after hasta el mediodía y empalmar con una comida familiar importante. Eso no se puede conseguir a base de Red Bulls. Froilán si sabe de alguna cosa es de líneas. Él es el primero de la línea sucesoria entre los seis primos de Leonor. Si algo le sucediera a la princesa y a la infanta Sofía, el rey será Froilán. De momento es el rey de los afters.
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