Los millones de lectores de noticias sobre la Familia Real hace tres días que no entienden nada. Domingo 3 de diciembre de 2023: una noticia de alcance mundial revienta twitter: el excuñado de la reina Letizia, Jaime del Burgo, confesa que fue amante de la reina durante dos años, del 2010 al 2011, cuando Letizia llevaba 6 año casada con Felipe y sus hijas Leonor y Sofía tenían 5 y 3 años. Es la noticia más relevante en años de la Familia Real. La prensa llena páginas de historias menores como la ropa de Letizia, las novias de Pablo Urdangarín o las fiestas de Victoria Federica. Y ahora resulta que nadie publica que Letizia engañó a Felipe 2 años con otro hombre, que para más truculencia, acabó casándose al año siguiente, en 2012, con Telma Ortiz, la hermana de Letizia. Si eso no es noticia, si la versión de Del Burgo no merece ni un artículo, alguna cosa grave está pasando: todo lo que explica Del Burgo es verdad. Año 2023, una de las historias de censura, o de autocensura, más bestias del periodismo en España. Letizia, retratada.
Después de que el escándalo estallara el domingo en twitter, el lunes era el momento de ver a quien se hacía eco: EN Blau publicó punto por punto toda la versión de Del Burgo, que Casa Real no ha salido a desmentir. Zarzuela quiere evitar el efecto Streisand: si niega a Del Burgo toda España buscará qué ha dicho Del Burgo y la prensa estará obligada a explicar a qué está reaccionando Zarzuela. En cambio, si Zarzuela calla los daños están más controlados. Se han movido hilos por debajo, en las revistas del corazón hay órdenes expresas de no hablar del tema. El martes han salido las revistas porque el miércoles es festivo: silencio sepulcral. Jaime del Burgo no existe. Todos los digitales más o menos hostiles con las infidelidades de Juan Carlos a Sofía, callados con la infidelidad de Letizia. TV3 dio cierto eco al tema mostrando el libro de Jaime Peñafiel Letizia y yo que ha destapado la caja de los truenos. En el libro Jaime del Burgo regala al autor una foto clave, la de Letizia y su amante en Nueva York el año 2011, cuando según él la pareja eran amantes y Letizia engañabaa Felipe metiéndose en la cama de Del Burgo. Fueron a la ciudad de los rascacielos donde planificaron instalarse después del divorcio de Letizia. Esta es la foto de la traición: única imagen de los amantes juntos cuando eran amantes:
Letizia con gafas de sol, jersey grueso y gorra, escondida, de incógnito, que no la reconozcan los muchos turistas españoles en Nueva York de la mano de Jaime del Burgo con una de sus queridas pashmines al cuello, de color azul. La foto la muestra a cámara la grandiosa Helena García Melero en el programa Tot es mou. A contracorriente. La prensa calla. Solo los encargados de SEO de la prensa, los que hacen que las noticias triunfen en los buscadores como Google, piden que se hagan artículos tipo "¿Quién es Jaime del Burgo?" pero con un absurdo: sin explicar que es noticia por ser el amante de Letizia. La autocensura llega a otro nivel cuando una conocida agencia de noticias y de fotografías de la crónica social decide eliminar el domingo todas las fotos de Telma Ortiz y/o Jaime del Burgo de su web. Han decidido que no ponen a disposición de sus clientes ninguna imagen antigua de Jaime del Burgo. No se fían del personaje. Candado y fuera. Solo quedan de él fotos que ya estén vendidas con anterioridad a este pasado domingo.
Zarzuela ha apagado el fuego consiguiendo que Del Burgo elimine todos los tuits donde habla del adulterio de Letizia pero muchos todavía se pueden recuperar, como este último donde explica cómo Letizia era infiel a Felipe en la piscina. Da detalles muy truculentos de la relación adúltera: Letizia citó a Del Burgo, que entonces vivía en Londres, en la piscina de Zarzuela en julio de 2010 y le dijo "Te amo". Aquella misma noche reanudaron su relación amorosa, íntima y sexual que ya habían tenido antes de Felipe, los años 2002 a 2004. Cómo en 2010 montaron un piso para sus encuentros sexuales en la calle Miguel Ángel de Madrid o cómo se veían en Londres o Francia, donde Letizia le pidió tener un tercer hijo por vientre de alquiler en Los Ángeles. Letizia entonces tenía 39 años. La maternidad subrogada solo se explica si Letizia era infértil o porque no quería volver a pasar por un embarazo y un parto.
La historia es culebronesca, como cuando Letizia le tiene que dar un beso en la boca en público a Felipe en las regatas de Palma para disimular su crisis matrimonial y es el único día que se pelea con su amante: "Lo he tenido que hacer para protegernos". La misma frase que ahora dice la prensa que calla, incomprensiblemente. Como cuando callaron las infidelidades de Juan Carlos y ahora 30 años después no tienen problemas en publicarlas. A Letizia le pasará igual: cuando Leonor reine, muchos periodistas dirán que es buen momento para explicar que Letizia era infiel a Felipe. ¿Y por qué callaron? "Lo tuvimos que hacer para protegernos".