Explican las crónicas que cuando la princesa Leonor actuaba en el teatro de su colegio de élite, la reina Letizia hacía requisar los móviles para evitar que se filtraran vídeos o fotos de la hija encima del escenario. Una lata para los otros niños que no podían guardar el recuerdo de la obra infantil que representaban. La obsesión de Letizia para sobreproteger a las niñas y alejarlas de los focos era una absoluta absurdez: están condenadas a salir a las fotos desde el día que nacieron. Los Borbones cobran por eso. Pese a ello, hay súbditos con móviles cerca de las niñas.
Disfrutando con mis amigos una noche mágica e inolvidable, cargados de energía con nuestro querido @AraMalikian, en el @WiZinkCenter pic.twitter.com/iWPsetrWZZ
— Belén Codina (@MBelenGCodina) 7 de octubre de 2019
Esta tuitera compró butaca para el concierto de Ahora Malikian en Madrid justo detrás de la Familia Real, el domingo por la noche. Podía soltar un pescozón al rey de España pero prefirió un selfie. El equipo de seguridad se relajó. Es inhabitual que se fotografíen en actos públicos y aún más en los privados.
Zarzuela no puede poner puertas al campo cara al decisivo octubre y noviembre de la heredera: Leonor pronunciará su primer discurso en castellano en los Premios Princesa de Asturias y en catalán en los Premios Princesa de Girona las próximas semanas. La exposición de la primera en la línea sucesoria ya es inevitable, incluso para la controladora Letizia.