Las fotos íntimas de Juan Carlos dándose besos en la boca en un chalet de Aravaca con Bárbara Rey siguen siendo lo más comentado del país. Algunos medios se preocupan por censurar la información y no hacer referencia al escándalo con la excusa que "Ya se sabía". Las fotos han sido las más buscadas desde hace 30 años, y ahora que salen, algunos periodistas hacen ver que llueve. Ni las fotos del rey con Corinna causaron el mismo efecto porque no aparecían los amantes en actitud tan íntima y explícita. Recuerdan a las imágenes del marido de Estefania de Mónaco con una vedette en tanga en una piscina que le costaron el matrimonio a la hija pequeña de los Grimaldi. Aquí el matrimonio real no se divorcia porque Sofía prefiere disimular. Pero el escándalo es mayor, se trata de un monarca europeo cuando era rey. La impudicia de Juan Carlos crecen cada día que pasa. Ahora mismo gestiona el escándalo en España, en Sanxenxo, pero a diferencia de otras ocasiones no ha salido a hacer regatas. No hay ninguna duda que Felipe ha llamado a su padre exigiéndole dos cosas: que no aparezca durante una temporada larga y que se olvide del libro de memorias que anunció una editorial francesa.

Felipe Letizia Juan Carlos Sofía 2024, GTRES
Felipe, Letizia, Juan Carlos y Sofía, este año, GTRES

La primera incógnita: por qué salen ahora estas fotos de 1994 y la segunda: cuánto se ha pagado por ellas. La exclusiva se ha pagado por una cifra muy baja, 2500 euros. En el gremio rosa esta cantidad se ha sabido porque las fotos las ofreció el hijo de Bárbara Rey a las revistas españolas que se negaron a publicarlas y cuando las ofreció a la prensa internacional solo una pequeña revista holandesa llamada Prive las compró por una cifra muy baja. La explicación es simple: son fotos antiguas y en Holanda no han merecido ni los honores de portada de la revista. El hijo de Bárbara Rey cobrará una cifra 20 veces superior esta noche en la misma Telecinco, entrevistado en prime time en el programa De viernes. Por eso ha vendido las fotos: por mucho dinero. España es así: nadie quiere ser el primero en publicar la exclusiva para no quedar estigmatizado a ojos de la Corona, pero cuando las fotos son de dominio público entonces ya no tienen escrúpulos de tratarlo.

El beso del rey a la vedette, Antena 3
El beso del rey a la vedette, Antena 3

Sabido el precio inicial y el beneficio descomunal que recibe al autor de la difusión de las imágenes, queda la segunda incógnita, por qué ahora. Hay una doble guerra familiar, la de Bárbara Rey con su hijo, que hace un año que dura y que ha hecho que Ángel Cristo Júnior apuñale a su madre con esta exclusiva. La vedette sostiene que el hijo le robó las fotos y que lo perseguirá penalmente. La hija, Sofía Cristo ha afirmado que quiere que su hermano "se pudra en la puta prisión". Pero exiszte la otra guerra familiar, la de Juan Carlos y Felipe. El emérito está dictando unas memorias a su biógrafa y admiradora, Laurence Debray, con el irónico título de Reconciliación. Las especulaciones empezaron cuando la editorial francesa Stock incluyó el libro dentro de la lista de las próximas publicaciones antes de retirarla precipitadamente. Según la revista Point de Vue, que pudo acceder a la nota de presentación de estas memorias, el rey emérito justificaba en el preámbulo su proyecto literario y Felipe quedó alarmado. Casualmente después de filtrarse las memorias salen de un cajón las fotos de la vergüenza de Juan Carlos. El efecto ha sido inmediato: el libro no se publicará nunca.

Juan Carlos Laurence Debray, instagram
Juan Carlos y Laurence Debray, instagram

La biógrafa declara hoy a Hola "El libro Reconciliación no está acabado aún. Saldrá cuando él lo decida". Pilar Eyre y el sentido común dicen que Juan Carlos no publicará nunca este libro de blanqueamiento de su reinado, que volvería a recordar la corrupción en la Corona y a perjudicar a Felipe. Siempre que pasa algo inesperado hay que preguntar qui prodest, ¿a quién beneficia la publicación 30 años después de las fotos? La respuesta es clara: a Felipe. Las fotos han tenido un precio, 2500 euros, y un coste: Juan Carlos retrocede, obligado a recular por Felipe.